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La fiscalía brasileña desestimó el jueves los argumentos de la defensa del expresidente Jair Bolsonaro para evitar ser juzgado por intento de golpe de Estado, una decisión que ahora recae en manos del supremo.
La fiscalía acusó a mediados de febrero al exmandatario ultraderechista (2019-2022) de haber planificado un complot, que finalmente se frustró, para impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva, con quien perdió las elecciones en 2022.
Bolsonaro fue imputado junto a 33 personas acusados de "golpe de Estado", "tentativa de abolición violenta del Estado democrático de derecho" y "organización criminal armada", entre otros delitos.
Su defensa presentó sus argumentos la semana pasada, en el último día del plazo fijado por el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) a cargo del caso, Alexandre de Moraes.
La fiscalía rechazó este jueves dichos argumentos, entre estos, la supuesta incompetencia del supremo para juzgar al exmandatario y la falta de acceso completo a los elementos recopilados durante la investigación.
En un documento de 24 páginas enviado a la AFP, recusó cada una de las objeciones y las dio por "superadas".
El juez Moraes deberá evaluar la respuesta de la fiscalía y decidir si se inicia el juicio contra el expresidente.
Aunque no hay un plazo fijado, esa decisión puede demorar cerca de un mes, dijo una fuente del STF a AFP.
Uno de los abogados de Bolsonaro, Paulo Cunha Bueno, expresó en X su "indignación" por la decisión de la fiscalía y aseguró que se trata de un "proceso penal contaminado".
Bolsonaro se expone a una pena de prisión de unos 40 años por los delitos que se le imputan.
El expresidente, de 69 años, se proclama inocente y dice ser un "perseguido".
El líder de extrema derecha insistió el miércoles en que es objeto de "un juicio político". "¿Con qué fin? Sacarme del escenario político para el año próximo", afirmó a periodistas.
Inhabilitado políticamente hasta 2030 por desinformar sobre el sistema de votación brasileño, Bolsonaro busca que el Congreso revierta ese veto para ser de nuevo candidato a la presidencia en 2026.
El exmandatario convocó para el domingo una manifestación en la emblemática playa de Copacabana de Rio de Janeiro para pedir una amnistía de los presos por el asalto de las sedes de los poderes públicos en Brasilia en enero de 2023, días después de la investidura de Lula.