Ultraderecha supera expectativas y entra fuerte en el Parlamento de Andalucía

Ultraderecha supera expectativas y entra fuerte en el Parlamento de Andalucía / EFE
Afp
02 2018 - 17:12

El partido ultraderechista Vox entró este domigo con fuerza en el Parlamento regional de Andalucía, en unos comicios en los que los partidos conservadores quebraron por primera vez la hegemonía local del socialismo, toda una bofetada para el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez.

Superando todas las expectativas, que le daban un máximo de 5 diputados de un total de 109 en la cámara regional, Vox logró 12 diputados y casi un 11% de los votos, según el recuento del 99% de las papeletas.

Es la primera vez que un partido de extrema derecha entra en un parlamento regional en el país.

"¡VOX triunfa en Andalucía! 12 escaños y el fin del régimen socialista", escribió en Twitter esta formación nacida a fines de 2013, que hizo campaña cargando contra los independentistas catalanes, la inmigración ilegal y el feminismo.

Por primera vez desde la creación de la autonomía andaluza, las derechas tienen mayoría parlamentaria en la región más poblada de España, 59 si se suman los escaños de Vox, el Partido Popular (26 diputados) y Ciudadanos (21).

"El cambio ha llegado a Andalucía", y "ha llegado por la puerta grande" clamó el líder de Ciudadanos en la región, Juan Marín, que deberá entenderse con Juanma Moreno, líder regional del PP.

La presidenta saliente y candidata a la reelección, Susana Díaz, cosechó para el Partido Socialista el peor resultado histórico (33 diputados) en la región, que ha gobernado de manera ininterrumpida desde 1982. Con un eventual apoyo de la izquierda radical de Podemos (17 diputados), el PSOE no llega a la mayoría de la cámara, que se encuentra en 55 escaños.

El resultado es por extensión un batacazo para el socialista Pedro Sánchez, que desde junio dirige el gobierno más minoritario en 40 años de democracia en España.

En caso de conformarse una coalición de derechas, el PSOE perderá así el poder en su mayor vivero de votos a nivel nacional, a pocos meses de los comicios municipales, regionales y europeos de mayo de 2019 y las elecciones legislativas generales, que se esperan el año próximo.

Ya el viernes, el líder del PP, Pablo Casado, había planteado las elecciones andaluzas como un primer paso para echar del poder en España al PSOE.

"Estas elecciones son clave también como el primer paso para echar a Pedro Sánchez de la Moncloa", el palacio del presidente del gobierno, avisó Casado en una entrevista con la radio COPE.

Y es que si el socialismo sale del poder en Andalucía, dijo entonces Casado, "sería insostenible que el Partido Socialista siguiera gobernando con 84 escaños [de 350 en la cámara baja] y su autonomía más importante en manos del PP".

Tanto el PP como Ciudadanos dijeron durante la campaña andaluza que, en caso de mayoría parlamentaria de derechas, no le harán ascos al apoyo de Vox en una hipotética investidura.

"Vox va a apoyar cualquier opción que suponga sacar de la Junta de Andalucía a Susana Díaz y al Partido Socialista", prometió el sábado Javier Ortega Smith, número dos del partido.

Antes incluso de conocerse el resultado, la formación recibió la enhorabuena de la líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, que transmitió sus "vivas y calurosas felicitaciones" por este "resultado muy significativo para un movimiento joven y dinámico".

Por su lado, durante la campaña Susana Díaz había pedido el voto para su partido en nombre de la "estabilidad", y pidió bloquear a lo que denominó como "el tridente de la derecha".

Además de los equilibrios de fuerza a nivel nacional, los grandes temas de la campaña fueron el desempleo (23% en la región, muy por encima de la media española), los servicios sociales y la corrupción.

Actualmente sigue en curso en Sevilla un macrojuicio contra 22 exdirigentes socialistas andaluces, entre ellos los expresidentes regionales Manuel Chaves y José Antonio Griñán, por el presunto manejo fraudulento de un fondo público de 854 millones de euros entre 2000 y 2011.

El caso se sumó a otro abierto recientemente en contra del que fuera director de un fondo público de formación para desempleados andaluces, sospechoso de gastarse el dinero del mismo en burdeles.

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