Termina el juicio por el peor accidente de tren en España en más de medio siglo
El juicio por la catástrofe ferroviaria que hace diez años dejó 80 muertos en el noroeste de España, la peor sufrida en el país desde 1944, quedó visto para sentencia este jueves.
"Queda visto para sentencia el juicio por el accidente del tren Alvia, en el que fallecieron 80 personas", indicó el Tribunal Superior de Justicia de Galicia en su cuenta de Twitter, rebautizada X.
Iniciado en octubre, los primeros cuatro meses del proceso fueron dedicados a la parte penal, para dirimir si la culpa fue del maquinista, de la seguridad o de ambas cosas, y luego siguió la parte civil, concluída este jueves, centrada en determinar las indemnizaciones.
En la misma semana que se cumplieron diez años de la tragedia, ocurrida el 24 de julio de 2013, el macrojuicio celebrado en Santiago de Compostela, y por donde han pasado centenares de testigos, peritos y abogados, queda ahora a la espera de una sentencia para la que no hay fecha.
Los dos acusados, el maquinista del tren, Francisco Garzón, y un exresponsable de seguridad de la sociedad pública Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Andrés Cortabitarte, responden de 80 presuntos homicidios y 140 delitos de lesiones por imprudencia profesional grave.
La fiscalía pedía cuatro años de prisión para cada uno, pero acabó retirando su solicitud para Cortabitarte, ante la indignación de las asociaciones de víctimas, que sí mantienen la suya.
El día de la tragedia, el tren de alta velocidad Alvia 04155 procedente de Madrid descarriló brutalmente poco antes de llegar a Santiago de Compostela, estrellándose al llegar a una curva pronunciada y protegida por un muro de hormigón, a cuatro kilómetros de su destino.
El tren circulaba a una velocidad excesiva -179 km/h en vez de los 80 km/h marcados como límite para aquel tramo- y el maquinista estaba hablando por teléfono con el interventor del tren justo antes del accidente.
Por su parte, a Cortabitarte se le acusa de no haber realizado un estudio de riesgos en la curva del siniestro, que no contaba con sistemas de señalización, alerta o freno automático.
Durante la primera parte del juicio, Garzón volvió a pedir perdón entre lágrimas a las víctimas y, aunque reconoció su responsabilidad, cuestionó la falta de un sistema de frenado automático en el lugar del accidente.
De su lado, Cortabitarte, que aseguró durante el juicio que la línea era "100%" segura, llegó a ser agredido al inicio del proceso por familiares de las víctimas.
Esta tragedia fue la peor sufrida en España desde que en 1944 tres trenes chocaron en un túnel en la provincia de León (noroeste), dejando más de un centenar de muertos.