Posible cambio de gobierno en España, pero continuidad en política exterior
Desde defender los intereses de España en la Unión Europea hasta las tortuosas relaciones con Marruecos, los desafíos en política exterior no serán menores para el líder de la derecha, Alberto Núñez Feijóo, si gana las elecciones del 23 de julio.
Pero el principal reto será más personal: conseguir destacar en el panorama internacional para seguir haciendo oír la voz de Madrid con fuerza y claridad.
Líder del Partido Popular (PP, conservadores) desde hace un año, Núñez Feijóo, de 61 años, "no tiene una gran trayectoria en política internacional", señala a la AFP Ignacio Molina, analista principal del centro de análisis Real Instituto Elcano.
A juzgar por su campaña, continúa el experto, "quiere mandar la señal que en política exterior no va a hacer cambios, sea en relación con la UE, la OTAN o la defensa de los intereses de España".
De hecho, el programa del PP afirma que un gobierno de Núñez Feijóo mantendría el "apoyo militar, económico y humanitario" a Ucrania "mientras sea necesario", así como "el apoyo a las sanciones a Rusia".
Partido tradicionalmente atlantista, el PP confirma su intención de elevar al 2% del PIB el gasto militar del país.
Mensajes tranquilizadores
El principal reto para Núñez Feijóo, a juicio de Molina, será consolidar "la posición de España dentro de la UE", o, mejor dicho, "mantener este aumento de la influencia de España que hubo" bajo el gobierno socialista de Pedro Sánchez.
España, que había permanecido en segundo plano, ha estado muy activa en los últimos años en el panorama europeo.
"Hemos llevado la voz de España a un nivel diferente al del pasado", se congratuló el mes pasado la ministra de Economía y número dos del gobierno, Nadia Calviño, en una entrevista con CNN. "España ocupa ahora el lugar que le corresponde a la cuarta economía europea, lo que quizás no ocurría en el pasado".
En caso de llegar al poder, Núñez Feijóo, quien encabeza los sondeos, ejercería la presidencia rotatoria del Consejo de la UE que España asumió a principios de mes, y su labor será, sobre todo si el partido de extrema derecha Vox entra en el gobierno, enviar mensajes tranquilizadores a Bruselas, en temas sociales o en materia de medioambiente.
Además de la UE, Núñez Feijóo tendrá que prestarle gran atención a las relaciones con los dos vecinos del sur y potencias rivales del Magreb, Argelia y Marruecos.
El líder conservador heredará una política de Madrid que dio un giro en marzo de 2022, cuando Sánchez abandonó la posición de neutralidad de España y decidió respaldar el plan marroquí de autonomía del Sáhara Occidental como base para resolver el conflicto de su excolonia.
"Relación equilibrada"
Este viraje provocó que las relaciones entre Madrid y Argel, principal apoyo del movimiento independentista saharaui Frente Polisario, entraran en un punto muerto, especialmente en el plano comercial.
El PP se compromete en su programa a impulsar "una relación equilibrada con los países del Magreb", una propuesta a priori en contradicción con la política de Sánchez.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, acusó al PP en una entrevista al diario La Vanguardia de buscar un "inquietante regreso a posiciones antimarroquíes".
Para Núñez Feijóo será no obstante "muy difícil" cambiar la posición, ya que "Marruecos tiene medios de presión que explican en parte el cambio de posición de Sánchez", apunta Molina, en referencia a la migración irregular hacia España, que disminuyó luego de que Madrid se alineara con Rabat, pero que podría volver a aumentar.
El PP podría "matizar lo que dijo Sánchez", pero "no creo que haya una rectificación expresa, porque sería visto como una provocación por parte de Marruecos", dice.
En definitiva, la política exterior será un reto para Núñez Feijóo, quien hasta ahora desarrolló su carrera política en la región de Galicia (noroeste), nunca mostró un gusto particular por la política exterior y, además, no habla inglés.
"Va a ser un desafío político y personal muy relevante. Tendrá que aprender, tendrá que decidir si quiere dirigir la política exterior" como lo ha hecho Sánchez, agrega Molina.