Portugal: 3.213 fuegos en diez días y 100.000 hectáreas calcinadas

Uno de los incendios declarados el pasado 8 de agosto en el pueblo portugués de Río Torto, con viviendas en peligro por las llamas.
Uno de los incendios declarados el pasado 8 de agosto en el pueblo portugués de Río Torto, con viviendas en peligro por las llamas. / EFE
18 de agosto 2016 - 11:37

Los incendios forestales en Portugal han dado tregua, después de 10 devastadores días de agosto, en los que se declararon 3.213 fuegos que quemaron hasta 100.000 hectáreas, mataron a tres personas y destruyeron centenas de viviendas.

Según los últimos datos de la Autoridad Nacional de Protección Civil de Portugal, hoy no hay ningún fuego preocupante y apenas existen nueve focos rurales de pequeñas dimensiones, lo que ha sido posible gracias a la bajada de las temperaturas.

En declaraciones a Efe, Miguel Cruz, uno de los responsables del Operativo de la Autoridad Nacional de Protección Civil de Portugal, confirmó que "la situación es de normalidad" y que la Alerta Naranja que fue decretada el pasado 6 de agosto fue retirada.

Los fuegos han arrasado en estos diez días alrededor de 100.000 hectáreas y en total han tenido que sofocar entre el 6 y el 16 de agosto 3.213 incendios forestales.

La jornada de mayor actividad fue el 7 de agosto, con 455 incendios, y las zonas más afectadas han sido Oporto, con un millar de fuegos, y Aveiro, donde se han registrado en estos días 355 incendios forestales.

La mayoría han sido intencionados, explicó Miguel Cruz, quien aseguró que alrededor de un 40 % de los fuegos se han desatado durante la noche o de madrugada, entre las 22 y las 7 horas.

Esta franja horaria -agregó- evidencia que los fuegos son intencionados, ya que es muy difícil que un incendio se desate tras la puesta de sol, debido al descenso de las temperaturas.

Durante los días de la Alerta Naranja, desde Protección Civil han tenido que movilizar a 75.300 personas para la extinción, la mayoría bomberos, aunque también ha sido necesaria la participación de brigadas especiales y militares.

El personal ha estado apoyado con un total de 20.386 vehículos, que también han sido movilizados durante esos días.

Con la colaboración de países como España, Marruecos, Italia o Rusia, los incendios también han necesitado la participación de los medios aéreos, tanto helicópteros como aviones anfibio, por lo que, en total, se han registrado 1.222 misiones de vuelo.

Miguel Cruz explicó que las causas de las autorías de los incendios forestales se centran, en muchos casos, en el pastoreo.

"Los incendios son provocados intencionadamente para que se regeneren los pastos, de cara a que el ganado tenga más comida con el inicio del otoño", comentó.

Este tipo de incendios provocados para el pastoreo se han registrado, especialmente, en zonas de montaña como el distrito de Viana do Castelo (al norte de Portugal) y Oporto.

"En Portugal no se aplican las prohibiciones de pastoreo después de los incendios forestales", como ocurre en otros países, como la vecina España, donde la ley impide el pastoreo durante cinco años en zonas arrasadas por los fuegos.

"Será una cuestión que habrá que tener en cuenta", alegó Cruz, aunque sea "tema muy complicado", ya que, en Portugal, "sólo el 7% del terreno es público", pues el resto está en manos privadas.

Durante los últimos diez años, según la estadística de Protección Civil, en Portugal se han quemado, de media, 76.000 hectáreas por año, aunque las situaciones más calamitosas se vivieron en 2003, con 425.000 hectáreas arrasadas, y en el año 2005, cuando el fuego asoló 339.000 hectáreas.

En 2015 se quemaron 63.000 hectáreas, por lo que fue, relativamente, un año tranquilo.

Los fuegos registrados durante los últimos día en Portugal causaron también tres muertos, todos ellos fallecidos en los fuegos que afectaron a Funchal, capital del archipiélago de Madeira (a unos 1.000 kilómetros de Lisboa).

Y, aunque ha habido algún bombero herido, "ninguno ha sido de gravedad", reconoce Miguel Cruz.

Los datos sobre muertos en los fuegos son afortunadamente mucho más benignos que en 2013, cuando fallecieron en Portugal ocho bomberos en las labores de extinción de incendios forestales, siete de ellos voluntarios, entre ellos seis jóvenes con edades comprendidas entre los 19 y los 25 años.

De momento, hay dos personas con heridas de gravedad que continúan hospitalizadas.

Una se encuentra en el Hospital de Lisboa, con quemaduras que sufrió en el incendio de Funchal, y otra es un vigilante de una zona de eucaliptos, que resultó herida de gravedad en el fuego de Arouca y que está ingresada en el Hospital de Coimbra.

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