Nuevo líder catalán promete una república independiente
El presidente del Gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont, se comprometió el miércoles a llevar esa región "a las puertas de un nuevo Estado" en forma de "república independiente" de España a través de un proceso de año y medio.
En su primera comparecencia en el Parlamento regional tras ser elegido jefe del Ejecutivo catalán, el pasado 10 de enero, Puigdemont dijo que pretende impulsar ese proceso secesionista "con todas las garantías, sin pasos en falso, sin improvisaciones" y abierto permanentemente al "diálogo".
Puigdemont dio cuenta de la composición y la estructura de su gabinete, así como de sus prioridades en esta legislatura que en principio tendría una duración de año y medio si se cumple la hoja de ruta independentista pactada entre las formaciones nacionalistas Junts pel Sí (JxS) y la CUP que eligieron al presidente catalán.
Su objetivo es la "planificación, diseño y ejecución de todos los trabajos del proceso que nos debe situar a las puertas del nuevo Estado, que lo queremos independiente, en forma de república", indicó.
En los últimos años los nacionalistas catalanes han evolucionado hacia posiciones independentistas, rechazadas por la Constitución española de 1978, hasta el punto de que el Tribunal Constitucional ha anulado por ilegal el intento de convocar una consulta secesionista y podría actuar contra los poderes públicos catalanes que vayan contra el ordenamiento jurídico.
Contra el acuerdo de Junts pel Si y la CUP están los otros cuatro partidos representados en el Parlamento regional catalán: Ciudadanos (liberales), PSC (socialistas), CSQP (izquierda) y PP (centroderecha), cuyo portavoces criticaron hoy a Puigdemont por querer saltarse la legalidad vigente.
Entre ellos, Inés Arrimadas, la portavoz de Ciudadanos, el primer partido de la oposición, quien advirtió que con sus pretensiones independentistas el Ejecutivo regional pone en peligro el nivel de autogobierno alcanzado por Cataluña después de décadas de autonomía y, además, sin representar a todos los ciudadanos de la región, de 7,5 millones de habitantes.
Se trata de una alusión al hecho de que las dos fuerzas secesionistas quedaron por debajo del 48 por ciento de los votos en los comicios regionales de septiembre pasado.