Nuevas protestas en Georgia tras aprobación de una ley que la aleja de la UE
El Parlamento de Georgia superó el martes el veto de la presidenta prooccidental y aprobó una ley sobre "influencia extranjera" que volvió a sacar a la calle a miles de manifestantes contrarios a ese texto, criticado también por Estados Unidos y la Unión Europea.
Los diputados del partido Sueño Georgiano del primer ministro, que son mayoría en el hemiciclo, consiguieron la aprobación de la ley por 84 votos a favor y 4 en contra, tumbando el veto interpuesto el 18 de mayo por la presidenta, Salomé Zurabishvili.
Una mayoría de los diputados opositores se retiró del recinto antes de la votación, comprobaron periodistas de AFP.
Estados Unidos y la Unión Europea criticaron esta ley, calificada por la oposición del país caucásico como "ley rusa" debido a su similitud con la legislación sobre los "agentes del extranjero" usada en Rusia desde 2012 para reprimir cualquier voz disidente.
Washington, a través del portavoz del Departamento de Estado, "condenó" una votación que ignora "las aspiraciones euroatlánticas del pueblo georgiano".
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, lamentó "profundamente" el levantamiento del veto presidencial e instó a las autoridades georgianas a "invertir esta tendencia y regresar con firmeza al camino de la UE".
La UE concedió a Georgia la condición de país aspirante a la membresía, pero la nueva ley, advirtió Borrell, es "contraria a los principios y valores centrales" del bloque.
"Estoy muy enojada, muy frustrada"
Tras conocerse el resultado de la votación, miles de manifestantes empezaron a reunirse frente al Parlamento en Tiflis, muchos de ellos con banderas georgianas y europeas.
Durante la protesta se escuchó tanto el himno de Georgia como el de la Unión Europea y Zurabishvili se dirigió a la multitud por videoconferencia.
"Hoy están enojados, ¿verdad? Enójense, pero pongámonos a trabajar. El trabajo es que tenemos que prepararnos, en primer lugar, para un verdadero referéndum", dijo la presidenta, refiriéndose a las elecciones legislativas de octubre.
"¿Queremos un futuro europeo o la esclavitud rusa? 84 hombres no pueden decidir esto, nosotros sí, nosotros, todos juntos", añadió.
La ley, que aún no ha entrado en vigor, estipula que las oenegés y organizaciones de prensa que reciban más de 20% de su financiamiento del exterior se registren como entidades que sirven a los "intereses de una potencia extranjera".
La norma había sido aprobada por el Parlamento el 14 de mayo, antes del veto interpuesto por la presidenta proeuropea, enfrentada con el partido de gobierno de esta exrepública soviética.
Ese día, miles de personas salieron a las calles para expresar su rechazo a la ley, al igual que en las semanas anteriores.
El partido Sueño Georgiano ya había intentado aprobar esta ley a inicios de 2023, pero no lo logró precisamente debido a las protestas masivas.
"Esperábamos este resultado, pero estoy muy enojada, muy frustrada. Lo más importante ahora es no perder la esperanza", declaró este martes a la AFP Lizi Kenshoshvili, una manifestante.
La adhesión a la UE está consagrada en la Constitución del país y, según los sondeos de opinión, goza del respaldo de más del 80% de la población.
Aunque el partido gobernante, en el poder desde 2012, apoya formalmente la adhesión a la UE y a la OTAN, multiplicó las medidas que acercan el país a Moscú, sobre todo desde el inicio de la guerra en Ucrania.