Miles de personas piden libertad para los presos del proceso secesionista catalán
Unas 315.000 personas, según la Policía local de Barcelona, pidieron hoy la libertad de los líderes encarcelados preventivamente por el proceso independentista iniciado en Cataluña en 2017, y reclamaron "espacios para el diálogo y la negociación política" para resolver la crisis catalana.
La manifestación fue convocada por la plataforma social "Espai Democràcia i Convivència" ("Espacio Democracia y Convivencia") con el lema "Por los derechos y las libertades, por la democracia y la cohesión, os queremos en casa".
El juez español Pablo Llarena procesó el 23 de marzo pasado a 25 personas por supuesta implicación en el proceso independentista ilegal catalán -declarado inconstitucional- por varios delitos, 13 de ellas por rebelión.
Ordenó el encarcelamiento preventivo de los procesados que aún estaban en libertad y pidió la detención y entrega a España de los que habían huido al extranjero, como el expresidente regional catalán Carles Puigdemont, detenido posteriormente en Alemania y puesto en libertad provisional por jueces de ese país.
Ahora mismo, nueve de los acusados de rebelión cumplen prisión provisional en España y cuatro permanecen fugados en varios países europeos (Alemania, Bélgica, Reino Unido y Suiza).
La protesta de hoy coincide con los seis meses del encarcelamiento de los líderes sociales secesionistas Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, dos de los procesados por rebelión, también en prisión preventiva, procesados también por varios delitos.
Sánchez ha sido dos veces candidato a presidente de la comunidad autónoma de Cataluña tras las elecciones regionales del 21 de diciembre de 2017, pero el juez Llarena le denegó el permiso de libertad para presentarse a la elección por riesgo de "reiteración delictiva". Sánchez y Puigdemont son diputados catalanes de la coalición independentista de derechas Juntos por Cataluña.
La organización convocante de la manifestación de hoy está integrada por diversas entidades, asociaciones y sindicatos (entre ellos las secciones catalanas de CCOO y UGT), que consideran que "los problemas políticos deben tener una respuesta política y no represiva". También piden a las instituciones catalanas, españolas y europeas que busquen espacios para "la negociación política".
A la convocatoria se unieron los partidos independentistas y la coalición de izquierdas Catalunya en Comú-Podem. Entre otros asistentes estaba la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Éste es un momento "de regresión democrática peligroso para todo el mundo" en Cataluña y toda España, dijo Colau en declaraciones a la prensa.
Durante todo el recorrido los participantes gritaron consignas como "No estáis solos", "Somos gente de paz" o "Libertad, presos políticos" y a favor Puigdemont. Al finalizar la marcha, se leyó un manifiesto, así como sendas cartas de Cuixart y Sánchez escritas desde la prisión.
Los manifestantes portaban numerosas banderas independentistas y lazos y camisetas amarillos, color que los secesionistas usan como símbolo de solidaridad con los encarcelados.