Meloni admite que esperaba poder hacer más para controlar inmigración irregular

Roma, Italia |/La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, admitió que había esperado hacer más para controlar la inmigración irregular, que aumentó desde la histórica victoria de su partido de extrema derecha en las elecciones de hace un año.

"Está claro que esperábamos más en materia de inmigración (...) Se trata sin duda de un problema muy complejo, pero estoy segura de que llegaremos al fondo del tema", dijo el sábado en una entrevista televisada, con motivo del aniversario de este triunfo.

El partido postfascista Hermanos de Italia de Meloni fue elegido en gran parte por la promesa de reducir la inmigración masiva a Italia. Pero el número de llegadas en barcos procedentes del norte de África ha aumentado con más de 130.000 registrados por el ministerio del Interior hasta el presente año, en comparación con 70.000 en el mismo período de 2022.  

Tras la llegada de 8.500 personas a la pequeña isla de Lampedusa en solo tres días a principios de mes, Meloni pidió a la Unión Europea que actúe más para ayudar a aliviar la presión.

Bruselas anunció esta semana que desbloqueará dinero hacia Túnez -de donde parten numerosas embarcaciones- en el marco de un pacto destinado a frenar las migraciones irregulares procedentes del país. 

Pero el principal socio de Meloni en la coalición, Matteo Salvini, del partido antiinmigración Liga, rechazó los esfuerzos de la UE para gestionar la afluencia de llegadas que calificó de "acto de guerra". 

El viceprimer ministro, que cerró los puertos italianos a los barcos de rescate de migrantes mientras estaba en el gobierno en 2019, está a favor de un enfoque más duro.

Desde su llegada al poder en octubre, el gobierno de Meloni ha restringido las actividades de los barcos de salvamento caritativos, a los que acusa de alentar a los migrantes, al tiempo que se compromete a reprimir a los traficantes. 

También ha tratado de estimular la repatriación de las llegadas no aptas para el asilo, y va a exigir a los migrantes en espera de una decisión de asilo que paguen una fianza de 5.000 euros (5.320 dólares) so pena de ser enviados a un centro de detención.