Italia vota entre un giro a la derecha y el riesgo de parálisis
Los italianos votaban este domingo en unas de las elecciones más inciertas de su historia reciente, en las que la coalición derechista liderada por un resucitado Silvio Berlusconi parte con ventaja frente a los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5S).
En numerosos colegios electorales se registraron largas colas en parte por la elevada participación y sobre todo por el nuevo sistema electoral, para muchos complejo y difícil de entender.
A las 19H00 local (18h00 GMT), la tasa de participación era del 58%, según el ministerio de Interior, un porcentaje más alto con respecto al del 2013, aunque entonces la votación se desarrolló en dos días.
El pronóstico es por ahora muy incierto para los más de 46 millones de electores, cuyo voto será clave para el futuro de la tercera economía de la Unión Europea, que está saliendo a duras penas del estancamiento.
Los centros de votación abrieron a las 07H00 y permanecerán abiertos hasta las 23H00 para elegir 630 diputados y 315 senadores.
El ministro del Interior, Marco Minniti, advirtió el viernes que los resultados se conocerán muy tarde y que el conteo será muy lento.
A la salida de las mesas electorales, muchos votantes expresaban su amargura, al final de una campaña dominada por temas como la inmigración, la inseguridad y millonarias promesas económicas imposibles de cumplir.
"Un honor para mi votar en Italia. Ha sido una campaña horrible, llena de odio, pero yo voté con la esperanza de que todo mejore, de un cambio", comentó en Florencia el escritor de origen argentino Ruben Edgardo Caime de 65 años, quien vive desde hace 35 años en Italia
Si se confirman las últimas proyecciones, de hace 15 días, la coalición formada por el partido de Berlusconi, Forza Italia, los xenófobos de la Liga Norte y los neofascistas de Hermanos de Italia no lograría la mayoría absoluta y tendría que negociar con otras formaciones para poder gobernar.
Según los expertos, el umbral para obtener la mayoría de los escaños se sitúa entre el 40 y 45% de los sufragios con el nuevo sistema electoral, un verdadero laberinto que combina el voto proporcional con el mayoritario.
Si bien la mayor parte de los responsables políticos votaron en calma, una militante de Femen se manifestó en el colegio electoral de Silvio Berlusconi cuando este se disponía a votar, con el pecho al desnudo, donde se leía: "Berlusconi, has caducado".
Para la romana Giovanna, una jubilada de 79 años del barrio residencial Parioli, "es probable que Berlusconi gane, pero igual nada cambiará. Al final todos son iguales, yo voto sólo porque es un deber", confesó.
La derecha
La alianza liderada por el magnate y tres veces primer ministro Berlusconi, de 81 años, lograría, según los sondeos, entre el 35 y el 37% de los votos, insuficientes para gobernar.
Berlusconi, con un 17%, pugna dentro de su misma coalición con la Liga Norte de Matteo Salvini (13%), que ha irrumpido con fuerza como una formación ultranacionalista y euroescéptica, siguiendo el modelo del Frente Nacional francés de Marine Le Pen.
Una victoria de Salvini, que prometió la expulsión de 600,000 inmigrantes y cerrar las fronteras, pondría a temblar a buena parte de Europa. Mientras, Berlusconi, inhabilitado para el cargo debido a una condena por fraude fiscal, intenta tranquilizarla proponiendo como primer ministro al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.
El PD dividido
Matteo Renzi, líder del PD, muy desgastado, invitó "a los votantes de la izquierda más radical y también a los moderados a votar por el Partido Democrático (PD centroizquierda)" para que "este país no caiga en manos de Matteo Salvini", advirtió.
La situación es compleja para la gobernante coalición de centro-izquierda, con 27,4% de las intenciones de voto, y para el otrora mayor partido de Italia, el PD, situado en el 22,9%.
La hazaña de gobernar
Segura de su victoria, la formación antisistema Movimiento 5 Estrellas, que participa en solitario y se negó a pactar alianzas, presentó a los 17 ministros "intachables" de su futuro gobierno.
"Se acabó la fase en la que estábamos en la oposición y ahora vamos a gobernar", lanzó el viernes el joven Luigi Di Maio, candidato con sólo 31 años al cargo de primer ministro.
"Yo quiero castigar a esa clase política corrupta y mentirosa que nos ha gobernado hasta ahora y por eso voto por el M5E", dijo sin revelar su nombre un médico romano.
La jornada electoral registró algunos contratiempos. En Palermo (Sicilia), hubo que reimprimir 200,000 papeletas, mientras que en varios colegios electorales se detectaron errores en las papeletas, principalmente en Roma.
Más de un millón y medio de italianos que residen en América Latina, entre ellos 800,000 en Argentina, fueron llamados a votar. Se trata de la cuarta vez que los italianos residentes en el exterior, cerca de 4 millones, ejercen ese derecho, concedido en 2001.
Según el ministerio de Relaciones Exteriores, el recuento de las papeletas del voto por correo -que se desarrolló sin dificultades- se realizará el domingo por la noche.