Informe desestima racismo institucional en el Reino Unido y provoca críticas
El racismo sigue presente en el Reino Unido pero es cada vez un factor "menos significativo" de desigualdad social, concluyó el miércoles un informe encargado por el gobierno, que provocó indignación al desestimar la existencia de discriminación institucional.
A raíz de las protestas del movimiento "Black Lives Matter", que llevaron al Reino Unido a cuestionarse su pasado colonial, la relación de algunas de sus empresas y personajes históricos con el tráfico de esclavos y el trato dado a las minorías, el primer ministro Boris Johnson decidió el año pasado crear una comisión sobre disparidades raciales y étnicas.
Esta, destinada a llegar "al fondo de la cuestión", publicó el miércoles un informe en que considera que la situación en el Reino Unido, aunque no es perfecta, puede "considerarse un modelo para otros países con poblaciones predominantemente blancas".
La comisión destacó avances especialmente en materia de educación, afirmando que los niños de diferentes comunidades étnicas obtienen resultados escolares iguales o mejores que los alumnos blancos, siendo los negros caribeños el único grupo cuyas notas son peores.
"La mayoría de las desigualdades que examinamos, que algunos atribuyen a la discriminación racial, no suelen tener su origen en el racismo", afirma.
"Los datos demuestran que la geografía, la influencia familiar, los antecedentes socioeconómicos, la cultura y la religión tienen un impacto más significativo en las oportunidades vitales que la existencia del racismo", agrega.
El ejecutivo considerará ahora en detalle las recomendaciones del informe de cara a la elaboración de su "futura política gubernamental", afirmó Johnson, asegurando que "sigue plenamente comprometido con la construcción de un Reino Unido más justo y con la adopción de las medidas necesarias para hacer frente a las disparidades allí donde existan".
El texto, de 264 páginas, propone 24 recomendaciones que incluyen fomentar la confianza entre la policía y los grupos minoritarios, ampliar la jornada escolar en zonas desfavorecidas y combatir los ataques racistas en las redes sociales.
"Problemas reales"
El presidente de la comisión, Tony Sewell, británico de origen jamaicano, directivo de una oenegé educativa en Brixton, centro de la comunidad negra caribeña de Londres, reconoció que el racismo sigue existiendo en el día a día.
Pero "¿pruebas de racismo institucional real? No, eso no hay. No lo hallamos", declaró a la BBC.
El país ha vivido recientemente escándalos como el espectacular incendio en 2017 de una torre de viviendas sociales en Londres en que murieron 72 personas, en su mayoría migrantes, por la utilización de materiales baratos e inflamables.
Ese mismo año se supo que miles de migrantes de las excolonias en el Caribe, bautizados "generación Windrush" por el nombre de un barco que trajo a unos 500.000 caribeños al Reino Unido entre 1948 y 1971, fueron detenidos o deportados por error como inmigrantes ilegales.
A esto se suma el escándalo provocado hace unas semanas cuando el príncipe Enrique y su esposa Meghan, que es mestiza, afirmaron que un miembro de la familia real británica se mostró preocupado por el color de piel que tendrían sus hijos.
En este contexto, las conclusiones del informe provocaron numerosas críticas.
"Es correcto reconocer que se han realizado progresos y acogerlos con satisfacción, pero eso no debe significar que no veamos los problemas reales", criticó Lisa Nandy, del opositor Partido Laborista, al canal Sky News.
Nandy consideró que los porcentajes desproporcionados de exclusión escolar y de detenciones entre los niños negros son la prueba de un "problema institucional".
"Dígaselo a la joven madre negra que tiene cuatro veces más probabilidades de morir al dar a luz que su joven vecina blanca, dígaselo al 60% de los médicos y enfermeras de los servicios públicos de salud que murieron a causa del covid y procedían de minorías étnicas", se indignó Halima Begum, directora de Runnymede Trust, un grupo de reflexión sobre la igualdad racial.
En cuanto a los resultados educativos, los activistas señalaron que en promedio los hombres blancos de clase trabajadora sin estudios universitarios acaban ganando más que muchos graduados negros.
Y señalaron que Sewell, polémico en el pasado por declaraciones sobre los homosexuales y las mujeres, restó hace años importancia a la existencia del racismo en instituciones británicas como la policía.