Inflación interanual de la eurozona cedió en marzo, pero persiste la presión
La inflación interanual en la zona del euro cerró el mes de marzo con una caída francamente superior a la previsto por analistas de mercado, gracias a un fuerte retroceso en los precios de la energía, aunque persisten la presión en el sector de alimentos.
De acuerdo con datos difundidos este viernes por la agencia europea de estadísticas Eurostat, la inflación interanual de marzo fue de 6,9%, en claro retroceso tras el 8,5% registrado en febrero, un desempeño que había frustrado previsiones más optimistas.
Para el mes de mazo, los analistas tenían como expectativa una caída a 7,1%.
Los números de Eurostat pusieron de relieve un drástico retroceso en los precios de la energía, aunque persisten las presiones en el segmento de alimentos.
Los precios de la energía, que durante la mayor parte del último año fueron le principal vector de la inflación, experimentaron en marzo un retroceso de 0,9% interanual, luego de un aumento de 13,7% en febrero.
Este retroceso parece estar relacionado con las medidas de contención adoptadas en los países del bloque, pero también a la superación gradual del invierno boreal y sus bajas temperaturas.
En cuanto al segmento de los alimentos (que incluye también al tabaco y las bebidas alcohólicas), registró un aumento de 15,4%, contra un 15,0% en febrero.
Lo mismo ocurrió con el segmento de servicios, que avanzó 5,0% en marzo luego de un 4,8% en febrero.
Así, el denominado núcleo de la inflación, o inflación subyacente, experimentó un leve aumento, para pasar de 5,6% en febrero a 5,7%.
Este tendencia al alza en el núcleo de la inflación coincide con la expectativa expresada por analistas de mercado.
La lucha "no ha terminado"
De las principales economías del bloque, todas experimentaron sensible retrocesos: Alemania pasó de 9,3% en febrero a 7,8% en marzo, Francia cayó de 7,3% a 6,6%, e Italia pasó de 9,8% a 8,2%.
En España, a su vez, la reducción de la inflación interanual fue drástica, pasando de 6,0% en febrero a 3,1% en marzo.
Incluso los países bálticos, que venían de casi un año de inflación próxima o superior a 20%, experimentaron retrocesos en el reajuste de precios: Lituania registró 15,2%, Estonia 15,6%, y Letonia el 17,3%.
El equipo de expertos de la consultora Oxford Economics señaló que tanto el 5,7% del núcleo de inflación como el 15,4% del segmento de alimentos son un récord para esos renglones específicos.
Por ello, señalaron que el enfriamiento del índice general no será suficiente para impulsar un cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), por las presiones de la inflación subyacente.
En ese sentido, esperan una nueva suba de las tasas de interés de referencia del BCE, "hasta que una demanda más frágil, junto con la relajación de los precios de la energía, alivie las presiones subyacentes sobre los precios".
Por su parte, Bert Colijn, del banco ING, destacó que "si bien marzo ha visto una gran caída en la inflación, la inflación subyacente sigue siendo una preocupación para el BCE".
En su visión, el "potencial de que la inflación subyacente se mantenga más rígida de lo esperado será la razón principal por la que el BCE seguirá subiendo a corto plazo" sus tasas.
Para Colijn, ese 5,7% de aumento en el núcleo de inflación "es una señal de que la lucha contra la inflación no ha terminado".
Este viernes, Eurostat también anunció que el desempleo de la eurozona cerró febrero estable con relación a enero, en 6,6%.