Fuegos artificiales de Año Nuevo dejan un muerto y 274 heridos en Italia
Una mujer ha muerto por una bala perdida y 274 han resultado heridos durante los festejos de fin de año en Italia, sobre todo por el uso de petardos y fuegos artificiales que retumbaron en sus principales ciudades a pesar de su prohibición. La mujer de 54 años fue alcanzada por la bala perdida mientras despedía el año con sus familiares y amigos dentro de su propia casa en la localidad de Afragola (sur), cerca de Nápoles, un suceso que ya está siendo investigado por la policía.
Por otro lado, 274 personas han sido heridas en las celebraciones, doce por el uso de armas de fuego y 262 por artefactos pirotécnicos, según un informe del Departamento de Seguridad Pública del Ministerio del Interior difundido por los medios. De estas, 49 han tenido que ser hospitalizadas. Las principales ciudades italianas, como Roma o Nápoles, habían prohibido el uso de artefactos pirotécnicos por Nochevieja pero sin embargo miles de ciudadanos ignoraron esta disposición y, como cada año, los dispararon desde sus ventanas y sus terrazas.
El cuerpo de Bomberos, que había desplegado 4.350 efectivos por todo el país, tuvo que atender 703 urgencias, el 8,8 % más que las 646 del pasado año, especialmente por el incendio de contenedores de basura y de coches, la mayoría en Emilia-Romagna (norte). La noche de San Silvestre italiana estuvo precedida por la tarde por los típicos maratones y después se vivió también con la música de los conciertos que animaron las ciudades del país, como el tradicional del Circo Máximo en Roma, sin mayores incidencias.
En la Ciudad Eterna el 2024 ha sido recibido esta mañana con la zambullida en el río Tíber desde el céntrico puente Cavour, una tradición inaugurada en 1946, tras la II Guerra Mundial. Aunque en esta ocasión el famoso "Mister Ok", a sus 71 años, no ha tenido más remedio que renunciar a lanzar a las aguas del río romano por un dolor en la espalda, por primera vez en su vida.
En otras ciudades como Nápoles o Bari (sur) decenas de personas también renovaron la tradición de lanzarse a las aguas del mar Mediterráneo, aunque este año el sacrificio fue menor por unas temperaturas inusualmente templadas.