Francia reformará la ley para impedir manifestaciones no comunicadas antes
El Gobierno francés legislará para sancionar a los participantes en manifestaciones que no hayan sido comunicadas previamente y para castigar con mayor dureza a quienes participen en disturbios o enfrentamientos violentos.
El primer ministro francés, Édouard Philippe, explicó en una entrevista a la cadena de televisión TF1 que el Ejecutivo "ha constatado que los métodos (de los agitadores) han cambiado", así que las autoridades deberán también variar su respuesta.
Para ello, el próximo sábado, para cuando está convocada la novena jornada de manifestaciones de los "chalecos amarillos", habrá una "movilización considerable" de fuerzas de seguridad, según Philippe, quien adelantó que se practicarán "más detenciones".
Tras revelar que la cifra total de agentes disponibles el sábado será de 80.000, 5.000 de ellos en París, reclamó que la respuesta policial sea "más móvil", para lo que se invertirá también en nuevo material. El Gobierno, recalcó, "debe preservar la libertad de manifestarse", por lo que es favorable a sancionar a aquellos que organicen o participen en protestas no comunicadas previamente.
Al igual que ya se hizo con los hinchas radicales en los estadios de fútbol, se creará un "dispositivo" que identifique y clasifique a los agitadores para impedir de esa forma su acceso a las manifestaciones, señaló. Abogó por que los violentos asuman la responsabilidad civil por los daños materiales que causen en las protestas, de forma que sean ellos quienes paguen los destrozos "y no los contribuyentes".
Al menos un millar de personas han sido condenadas en Francia desde el comienzo de las protestas del movimiento de los "chalecos amarillos" y otras 5.600 han sido detenidas, detalló Philippe. En un discurso ante las fuerzas de seguridad, hoy el ministro francés del Interior, Christophe Castaner, ya había anunciado que el Gobierno opondrá "la ultrafirmeza a la ultraviolencia".
La octava jornada de manifestaciones de los "chalecos amarillos" en Francia, el pasado sábado, se vio una vez más marcada por las escenas de violencia, como las agresiones cometidas por un boxeador profesional contra agentes antidisturbios en París o las de un comandante policial contra manifestantes en Toulon (sur del país).