España vuelve a las urnas en medio de un clima crispado

España vuelve a las urnas en medio de un clima crispado
España vuelve a las urnas en medio de un clima crispado / AFP
Afp
10 de noviembre 2019 - 10:54

Los españoles acudían a las urnas este domingo por cuarta vez en cuatro años, en un ambiente crispado por el bloqueo político crónico y una crisis catalana que ha alimentado a la extrema derecha de Vox.

Seis meses después de las legislativas de abril, que ganó sin mayoría absoluta, el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, volvió a pedir la confianza de los 37 millones de electores para poner fin a cuatro años de inestabilidad.

Tras votar en Pozuelo, noroeste de Madrid, Sánchez animó "a todos los ciudadanos a votar [para] que a partir del día de mañana podamos tener la estabilidad necesaria para poder formar gobierno y poder poner a España en marcha".

Sin embargo, los sondeos apuntan a que volverá a ganar pero lejos de una mayoría absoluta en el Parlamento, necesitando de los apoyos de otros partidos para ser investido y luego sacar adelante las leyes.

A las 13H00 GMT, la participación era de 37,93%, 3,5 puntos menos que en las elecciones de abril (41,49%), según cifras oficiales.

En esta jornada electoral, que discurrirá hasta el cierre de los colegios a las 19H00 GMT, el conservador Partido Popular (PP) espera recuperarse del descalabro de abril (66 escaños, su peor resultado), y la gran sorpresa sería la extrema derecha de Vox, que podría erigirse como tercer grupo parlamentario, duplicando los 24 asientos actuales.

En un ambiente de fragmentación y polarización creciente, las encuestas no le dan mayoría ni a las derechas (PP, Ciudadanos y Vox) ni a las izquierdas (PSOE, Podemos y su escisión Más País), y sus líderes no han aclarado cómo piensan resolver el bloqueo.

"He votado a la derecha, porque las cosas más importantes son la unidad de España y (garantizar) las pensiones", indicó a la AFP Rafael García, de 84 años, en el madrileño barrio de Hortaleza, donde las ventanas se adornan con banderas españolas.

Mucha Cataluña

Una de las dominantes de la campaña fue la situación en Cataluña, donde sigue vivo el pulso del separatismo contra el Estado, y donde los comicios se desarrollan bajo fuerte vigilancia policial.

La temperatura se disparó con la condena en octubre de nueve líderes independentistas a penas de prisión de entre 9 y 13 años de cárcel, por su papel en el fracasado intento de secesión de 2017. La sentencia dio paso a una semana de disturbios en Cataluña.

"Me planteé no votar, otra vez, ¡qué pesadilla!, pero luego me habría disgustado si gana la derecha con la ultraderecha", dijo Mari Carmen López, 25 años, luego de dar su voto en el barrio barcelonés de Sant Andreu a Podemos, pese a estar "decepcionada" porque la formación no logró tras los comicios de abril un acuerdo para gobernar con el PSOE, abocando al país a estos nuevas legislativas.

El principal beneficiado de la crisis catalana parece ser Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, propugna "soluciones drásticas": suspender la autonomía catalana, ilegalizar a los partidos soberanistas, y detener al presidente de la región, Quim Torra.

Al mismo tiempo, Abascal hizo una virulenta campaña contra la inmigración ilegal, a la que vincula con un supuesto aumento de la delincuencia.

Sánchez no dejó de acusar a PP y Ciudadanos de tener un discurso "colonizado" por Vox, gracias al cual gobiernan en algunas regiones y ciudades, como Madrid.

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