Los golpes bajos eclipsan las propuestas en la incierta campaña francesa

El primer ministro francés y candidato independiente a la presidencia Emmanuel Macron posa junto a un seguidor durante un evento de campaña en el Zenith en Pau (Francia). / EFE
Efe
13 2017 - 10:27

La multiplicación de golpes bajos entre los candidatos está eclipsando el debate de propuestas de fondo en la incierta campaña electoral francesa, a diez días de la primera vuelta y sin que ningún sondeo se atreva a augurar con contundencia el resultado.

Cuatro de los once candidatos, la ultraderechista Marine Le Pen, el socioliberal Emmanuel Macron, el conservador François Fillon y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, se mueven en una horquilla de menos de seis puntos en las encuestas, apenas por encima del margen de error, y con una tasa de indecisos muy elevada.

Esa situación tiene en vilo a los expertos demoscópicos que, además, se enfrentan a la irrupción de candidatos nuevos, como Macron, y otros con desconocidos índices de voto oculto.

Por eso, aunque todos los sondeos colocan por ahora a Le Pen en cabeza de la primera vuelta del día 23 (24 % de la intención de voto según una media de once encuestas) y a Macron pisándole los talones (23 %), la tendencia de esos dos candidatos es a la baja, al contrario de la de sus dos principales perseguidores.

Fillon roza el 19 % y siente el aliento en su espalda de un Mélenchon que en un mes ha ascendido diez puntos y que no renuncia a dar la sorpresa y llegar a la segunda vuelta del 7 de mayo.

Quizá por ello, el candidato de "La Francia Insumisa" se ha convertido en los últimos días en el principal blanco de las críticas de sus rivales, dentro de un ambiente de la campaña de la que el presidente del país, el socialista François Hollande, ha dicho que "huele mal".

Macron, uno de los más amenazados por el ascenso de Mélenchon, recordó que quien se autoproclama candidato "antisistema" ya era senador cuando él todavía estaba en el colegio.

El diario conservador "Le Figaro", que no oculta su preferencia por Fillon, calificó su programa como "el delirante proyecto del Chávez francés", en alusión al fallecido expresidente venezolano.

En el campo de Mélenchon consideran que esos ataques son la demostración del nerviosismo que reina en el sistema frente a la eclosión del candidato izquierdista, que tampoco pierde ocasión de estigmatizar a sus rivales.

El candidato izquierdista asegura haber aprendido la lección del pasado. En 2012, a diez días de la primera vuelta también rozaba el 20 % de las intenciones de voto, antes de desinflarse para acabar con poco más del 11 %.

Ahora Mélenchon ha apostado por limar los aspectos más angulosos de su discurso. "La Marsellesa", el himno nacional, cierra sus mítines en lugar de "La Internacional" y entre los militantes se distribuyen banderas francesas en lugar de las rojas de otras campañas.

El candidato ha dejado en segundo plano las propuestas que lanzó en su recordado discurso de Marsella de 2012, cuando apeló a abrir las fronteras del país en nombre del mestizaje, un mitin que acabó por espantar a muchos votantes hacia Hollande.

Tras haber secado ahora al candidato socialista, Benoît Hamon, que apenas se queda con el 10 % de apoyos, Mélenchon quiere robar votos a Le Pen en el caladero de la Francia obrera víctima de la desindustrialización.

La líder ultraderechista, por su parte, ataca a Macron, a quien considera "el candidato de la banca". Fillon califica al exministro como el heredero del actual presidente.

Una crítica que ha encontrado eco en la entrevista concedida por Hollande al semanario "Le Point" en la que el jefe del Estado más impopular de los últimos años deja entrever su apoyo al que fue su ministro de Economía entre 2014 y 2016.

"No le desanimé cuando me dijo que iba a lanzar su movimiento. Creo que la política necesita renovación (...) Su intento de ser candidato me pareció, como mínimo, audaz", aseguró el presidente.

Para muchos observadores, este apoyo puede restar más que sumar al campo del candidato socioliberal, en un esprint final que se augura ajustado.

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