La más fea y aburrida campaña electoral de los últimos años en Italia
No ha habido, ni habrá, ningún debate televisivo entre candidatos.
La campaña electoral para las elecciones generales enItalia del próximo domingo ha sido la más fea y aburrida de los últimos años, además de ofrecer fantasiosas promesas que costarían hasta un billón de euros, según coinciden los expertos, los medios e incluso los propios protagonistas.
"No he visto nunca una campaña electoral tan desquiciada, tan llena de mentiras, tan llena de promesas y de ideas imposibles y mira que he vivido muchas campañas", lamentó hace unos días la excomisaria europea y ahora líder del movimiento + Europa, Emma Bonino, de 70 años.
La crítica de Bonino ha sido recurrente en todos los medios de comunicación italianos que han tildado la campaña de "fea", "aburrida", "extraña" y "alejada" de la realidad y de la gente.
El diario "Il Fatto Quotidiano" la tachaba incluso en un artículo de Andrea Viola de "absurda" al haberse convertido en un conjunto de "vergonzosos repetidos" monólogos en las televisiones por parte de los candidatos sin dar oportunidad al debate.
No ha habido, ni habrá, ningún debate televisivo entre candidatos a pesar de las peticiones del líder del Partido Demócrata (PD), Matteo Renzi, a sus adversarios.
Los candidatos han utilizado con soltura las redes sociales y han pasado por todos los canales televisivos y programas radiofónicos cada jornada de manera casi compulsiva. Un escenario gratuito para lanzar su programa.
Para el web de política "Leggetoday" se trata de la "peor campaña electoral de siempre" y justifica su decisión con cuatro puntos: "No ha habido ningún debate electoral", "los temas de debate han vuelto la dicotomía entre antifascistas y fascistas de hace años", "el primer partido en estas elecciones no podrá gobernar" y "ha sido todo un teatro ya que se sabe que no habrá mayoría".
El diario "Il Giornale" afirmó que se ha vuelto a "una campaña electoral de hace 70 años" lo que le ha convertido en la "más fea de la Historia" y con la "paradoja de que se ha hablado del futuro tratándolo con temas del pasado".
Este diario de corte conservador criticaba que los sucesos en medio de la campaña electoral, como el tiroteo de un militante de ultraderecha a un grupo de inmigrantes o agresiones a exponentes de Fuerza Nueva, hayan devuelto al país a una anacrónica lucha entre el fascismo y el antifascismo.
Los mítines han sido en lugares pequeños, teatros, salas de conferencias y auditorios, y se ha evitado con mucho cuidado las plazas y el contacto directo con los electores como se hacía en pasadas campañas.
Coinciden todos los expertos de comunicación consultados en estos días en Italia como Cristopher Cepernich, sociólogo de comunicación de los fenómenos políticos de la universidad de Turín, que en la página web "7per24.it" afirmó que se ha tratado de una campaña "pobre de recursos", "poco profesional" y "violenta, en los temas que se han tratado".
La profesora de comunicación política en la Universidad de la Sapienza de Roma Sara Bentivegna explicaba en varios medios que la campaña que concluirá este viernes "ha sido feísima, sin grandes eslóganes, sin grandes eventos significativos, sin inventiva y sin temas centrales".
Incluso el líder del Partido Demócrata (PD) señaló que se ha tratado de "una campaña extravagante porque nadie habla de los temas concretos" y reiteró que ha sido "la más fea de siempre".
En este caso, Renzi puntualizó que ha sido fea porque las propuestas del PD son "aburridas" puesto que son realizables y no "como las promesas de locura de Berlusconi".
Al respecto, uno de los más respetados economistas italianos y que dirige el Observatorio sobre las cuentas estatales, Carlo Cottarelli, realizó un informe que entregó al ministerio del Interior en el que analizaba que las promesas electorales, si se cumpliesen, costarían cerca un billón de euros lo que dispararía la ya casi insostenible deuda pública del país, que actualmente es del 132 % en relación con el Producto Interior Bruto (PIB).
Cottareli explicaba la irrealizable puesta en marcha de las promesas del Movimiento 5 Estrellas y su renta de ciudadanía, en la que aseguraban hasta 1.950 euros a las familias y el resto de ideas en el programa que costarían 103.400 millones y alzarían la deuda pública al 138,4 % en relación con el PIB.
El caballo de batalla de Berlusconi ha sido la "flat tax" (impuesto plano al 23 %) y la eliminación de la ley de reforma de las pensiones, que según el informe de Cottarelli costaría unos 136.000 millones.
Mientras que el programa del PD y sus cheque mensual por hijo y otras medidas costarían 38.000 millones.
A todo ello se han unido las noticias falsas, denunciadas tanto por parte de la derecha como la izquierda, para envenenar aún más la campaña electoral.