Un escándalo sexual pone en jaque la sucesión presidencial en Guinea Ecuatorial

Lo que comenzó como un escándalo de filtraciones de videos íntimos ha destapado una serie de intrigas políticas que podrían marcar el futuro de Guinea Ecuatorial, un pequeño pero estratégico país centroafricano.

En las últimas dos semanas, han circulado decenas de videos explícitos, que algunos estiman entre 150 y 400, mostrando a un alto funcionario del gobierno, Baltasar Ebang Engonga, manteniendo relaciones sexuales con varias mujeres, en su oficina y otros lugares. Los videos, que rápidamente inundaron las redes sociales, han causado un gran revuelo tanto dentro como fuera del país.

Lo más sorprendente de este escándalo es que algunas de las mujeres en los videos son familiares y esposas de altos funcionarios cercanos al poder, lo que ha disparado las especulaciones sobre un posible complot político.

Engonga, conocido como "Bello" por su buena apariencia, es sobrino del actual presidente, Teodoro Obiang Nguema, quien ostenta el título del mandatario en ejercicio más longevo del mundo, con más de 45 años en el poder.

A sus 82 años, Obiang enfrenta un complejo panorama de sucesión, y Engonga ha sido considerado uno de los posibles candidatos para reemplazarlo.

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El caso de Engonga no es un simple escándalo de carácter personal. El funcionario, que anteriormente encabezaba la Agencia Nacional de Investigación Financiera, fue detenido el 25 de octubre bajo acusaciones de malversación de fondos públicos, supuestamente depositados en cuentas secretas en las Islas Caimán.

Pocos días después de su arresto, los videos comenzaron a filtrarse en las redes sociales, lo que ha llevado a algunos a especular que las filtraciones fueron parte de un intento deliberado de dañar su reputación antes de un juicio por corrupción.

El gobierno de Guinea Ecuatorial reaccionó rápidamente ante la difusión de los videos, con el vicepresidente Teodoro Obiang Mangue, hijo del presidente, ordenando a las empresas de telecomunicaciones que bloquearan la circulación de los videos y advirtiendo de las graves consecuencias para aquellos responsables de la filtración.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por frenar la difusión, los videos continúan circulando, alimentando aún más la controversia y el interés internacional.

”Complot político”

Más allá del escándalo sexual, este episodio ha puesto de relieve las profundas divisiones dentro de la élite política de Guinea Ecuatorial.

Se cree que el vicepresidente Obiang Mangue, junto con su madre, están utilizando este tipo de tácticas para eliminar a posibles rivales en la lucha por la sucesión presidencial.

El activista ecuatoguineano Nsang Christia Esimi Cruz, radicado en Londres, afirmó en una entrevista con la BBC que lo que estamos presenciando es el "fin de una era", con un conflicto interno dentro de la familia presidencial sobre quién debería ocupar la silla presidencial cuando Teodoro Obiang decida retirarse.

"Este escándalo sexual es solo una manifestación de la enfermedad del sistema político de Guinea Ecuatorial", señaló Esimi Cruz, quien añadió que el país enfrenta problemas mucho más graves que las filtraciones de videos.

En un país donde la oposición política es prácticamente inexistente y donde el control del poder es absoluto, las intrigas palaciegas y las luchas por el control de los recursos del país son moneda corriente.

A pesar de las denuncias de violaciones de derechos humanos, torturas y corrupción, el régimen de Obiang ha logrado mantenerse en el poder mediante una estricta vigilancia sobre la sociedad y la represión de cualquier disidencia.

La filtración de estos videos también ha llamado la atención internacional, especialmente en África, donde el nombre de Guinea Ecuatorial se convirtió en tendencia en redes sociales como X.

Si bien para muchos observadores este escándalo sexual puede parecer trivial, para los activistas y críticos del régimen es solo un síntoma de un sistema profundamente corrupto.

El escándalo no solo ha puesto en evidencia las luchas internas por el poder, sino que también ha intensificado la tensión sobre las libertades individuales en un país donde las redes sociales se han convertido en una de las pocas vías para difundir información sobre lo que realmente sucede en el país.

En un contexto de creciente represión, algunos temen que este escándalo sea utilizado por las autoridades como una excusa para intensificar la censura en línea y limitar aún más la libertad de expresión.

En resumen, lo que inicialmente parecía un simple escándalo sexual ha desencadenado una crisis política mucho más profunda en Guinea Ecuatorial.

La lucha por la sucesión presidencial, la corrupción y la represión continúan siendo los ejes de un drama que se desarrolla detrás de las puertas cerradas del poder, mientras la atención del mundo se centra en un escándalo que, aunque impactante, es solo una muestra del caos subyacente en el régimen de Teodoro Obiang.

Datos tomados de BBC