La epidemia de COVID-19 se dispara en Moscú
La capital rusa, que se enfrenta a un aumento récord de casos de covid-19, anunció el viernes restricciones en actos públicos, incluido el cierre de la zona para aficionados de la Eurocopa de fútbol, unas medidas sin embargo limitadas para intentar preservar la economía.
En Moscú se registraron 9.056 nuevos casos de covid-19 en 24 horas, un récord desde el inicio de la epidemia y el triple del nivel registrado hace menos de dos semanas.
Con 17.262 contagios diarios en todo el país, Rusia está en su punto más alto desde el 1 de febrero, según estadísticas del gobierno publicadas este viernes.
Mientras el país registró 453 nuevas muertes, el número más alto desde el 18 de marzo, Moscú lamentó 78, según las cifras del gobierno ruso.
El aumento se imputa a una campaña de vacunación demasiado lenta por la desconfianza de los rusos hacia las vacunas desarrolladas en el país, así como por la ausencia de restricciones durante meses, la aparición de variantes más virulentas y el incumplimiento de las normas de distanciamiento y del uso de mascarillas.
"No quería hacerlo"
Ante esta situación, las autoridades moscovitas comenzaron de nuevo a introducir restricciones.
"Vamos a suspender los eventos de entretenimiento masivo durante un tiempo, y también tenemos que cerrar durante un tiempo las salas de baile y la zona de aficionados", situada en el complejo olímpico de Luzhniki, anunció el alcalde Serguéi Sobianin en su página web.
Rusia acoge un total de siete partidos de la Eurocopa de fútbol, todos en la ciudad de San Petersburgo (noreste), donde también resurgió la epidemia.
"No quería hacerlo pero hay que hacerlo. A partir de hoy, los eventos de entretenimiento se limitan a un máximo de mil personas", dijo Sobianin.
La alcaldía de Moscú prorrogó hasta el 29 de junio el cierre los fines de semana de los puntos de venta de alimentos en los centros comerciales, de los zoológicos y de todas las instalaciones de los parques públicos, como parques infantiles e instalaciones deportivas.
Los restaurantes y bares tendrán que cerrar desde las 23h00 hasta las 06h00, como desde hace una semana.
El alcalde, sin embargo, decidió poner fin al periodo no laboral decretado del 15 al 20 de junio para frenar la epidemia.
El jueves, advirtió que pronto podrían llegar medidas mucho más duras. "Estamos muy cerca de tener que tomar decisiones muy estrictas", dijo.
Minimizar el peligro
El miércoles, Sobianin ya decretó la vacunación obligatoria de todos los empleados del sector servicios. Un 60% de ellos, es decir, unos dos millones de personas, tendrán que vacunarse antes del 15 de agosto.
En San Petersburgo, las medidas restrictivas siguen siendo limitadas y el uso de mascarillas es bastante aleatorio, mientras la ciudad acoge a decenas de miles de hinchas con motivo de la Eurocopa.
"Me parece que las autoridades están minimizando el peligro estos últimos días. No dan mucha información a propósito para no estropear la Eurocopa. Me temo que la situación empeorará después", dijo a la AFP Elena Yakovleva, una residente de 50 años.
Durante casi un año, el Estado y los medios públicos destacaron la buena gestión de la crisis sanitaria por parte de las autoridades y los buenos resultados de Sputnik V, una vacuna desarrollada por Rusia disponible desde hace más de seis meses.
Pero los rusos no han acudido a vacunarse a pesar de los llamamientos de las autoridades, en un contexto de desconfianza entre una población marcada por décadas de propaganda soviética y luego rusa, así como por los recortes presupuestarios en el sector sanitario.
Desde diciembre, solo 19,4 millones de rusos, de un total de 146 millones, han recibido al menos una dosis, según la web Gogov, que agrega datos de las regiones y de los medios de comunicación a falta de estadísticas nacionales oficiales.
En Moscú, 1,8 millones de personas recibieron al menos una inyección de una población oficial de entre 12 y 13 millones.
Rusia se convirtió el jueves en el país con más muertes de Europa, con 128.445 fallecidos, según el gobierno.
La agencia estadística rusa, Rosstat, que aplica una definición más amplia de las muertes relacionadas con el covid-19, contabilizó al menos 270.000 desde el comienzo de la pandemia.