Una empresa privada estadounidense intenta posarse en la Luna
La empresa Intuitive Machines tratará este jueves de convertirse en la primera compañía privada en posarse en la Luna, en lo que será el primer alunizaje de una sonda estadounidense en más de 50 años.
El alunizaje está previsto a las 23H24 GMT, es decir las 17H24 de Houston, en el sur de Estados Unidos, donde se encuentra la sala de control de la compañía.
El módulo de alunizaje Nova-C, que transporta experimentos científicos de la NASA, mide un poco más de cuatro metros de alto. Despegó la semana pasada desde el estado de Florida (sureste) y el miércoles entró en la órbita lunar.
El descenso tan temido durará aproximadamente una hora. El aparato se guiará gracias a cámaras y láseres.
El módulo de aterrizaje lunar "sigue reduciendo su altitud durante la próxima hora", dijo un comentarista en la transmisión de vídeo en directo de la empresa.
El motor servirá para frenarlo y prepararlo para su descenso final que será vertical, a partir de una altura de 30 metros. El módulo de alunizaje será entonces completamente autónomo.
En ese momento una pequeña máquina equipada con cámaras, desarrollada por la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, saldrá del módulo de alunizaje para captar el gran momento desde el exterior.
Nova-C deberá reducir la velocidad de 1.800 metros por segundo a un metro por segundo cuando sus seis pies toquen el suelo.
El éxito no sólo marcaría un hito importante para el sector espacial privado, sino también el primer aterrizaje de una sonda estadounidense en la Luna desde el final del legendario programa Apolo en 1972.
India y Japón lograron posarse recientemente en la Luna gracias a sus agencias espaciales nacionales, convirtiéndose en el cuarto y quinto país en conseguirlo, después de la Unión Soviética, Estados Unidos y China.
Pero varias empresas (israelíes, japonesas y estadounidenses) lo han intentado en vano.
Rusia también se quedó sin alunizar este verano.
Polo sur lunar
El lugar elegido por Intuitive Machines está situado a unos 300 kilómetros del polo sur de la Luna.
El cráter que servirá de pista de alunizaje se llama Malapert A, en honor a un astrónomo del siglo XVII.
El polo sur lunar es de especial interés porque contiene agua en forma de hielo, que podría explotarse.
La NASA espera enviar astronautas a la Luna partir de 2026 con sus misiones Artemisa. Para prepararlas quiere estudiar la región más de cerca.
Para conseguirlo usa su nuevo programa CLPS de la NASA, que ha encargado a empresas privadas que lleven su material científico a la Luna, en lugar de desarrollar ella misma vehículos para hacerlo.
Intuitive Machines es una de estas empresas seleccionadas. Su contrato con la NASA para esta primera misión, denominada IM-1, asciende a 118 millones de dólares.
El objetivo es reducir los costos para la agencia pública pero seguir desarrollando la economía espacial. Y eso a pesar de los riesgos.
Una primera misión, dirigida por la empresa estadounidense Astrobotic, fracasó el mes pasado.
Siete días activos
El módulo de aterrizaje lunar transporta seis cargamentos privados (incluidas unas esculturas del artista contemporáneo Jeff Koons que representan las fases de la Luna) y seis instrumentos científicos de la NASA.
Además, unas cámaras situadas bajo el módulo de aterrizaje lunar analizarán la cantidad de polvo arrojado durante el descenso, con el fin de compararlo con los alunizajes de Apolo.
Otro instrumento estudiará el plasma lunar (una capa de gas con carga eléctrica) y medirá las ondas de radio procedentes del Sol y de otros planetas.
El módulo de alunizaje, bautizado Odysseus, funcionará con paneles solares. Se espera que esté activo siete días desde el momento en que se posa. Después quedará inoperativo.