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Estado Islámico vuelve a amenazar en Irak, pero el califato es cosa del pasado

Tres cohetes caen cerca de la embajada de EEUU en Irak
Foto ilustrativa: Irak / Redes sociales.
Afp
04 de mayo 2020 - 06:06

En Irak, el grupo Estado Islámico (EI) sigue atacando, pero aunque remueve dolorosos traumatismos allá donde mata, está por ahora lejos de volver a ser la grave amenaza que encarnó hace algunos años su autoproclamado califato, opinan los analistas.

Sin embargo, el contexto es favorable para que resurjan otra vez los yihadistas ya que las tropas de la coalición internacional anti-EI se han retirado de Irak, en la estela de la pandemia de COVID-19, el país lleva cinco meses con un gobierno dimitido y provisional, encargado apenas de los asuntos corrientes, y las fuerzas de seguridad están ocupadas en hacer respetar el confinamiento para evitar la propagación del nuevo coronavirus.

El sábado, antes del alba, el EI pudo así llevar a cabo su ataque más cruento desde hace meses contra las tropas iraquíes, y el más complejo en términos de organización.

El ataque a un puesto de control y la explosión de un convoy que acudió como refuerzo dejó diez muertos entre las fuerzas iraquíes, en pleno mes sagrado del ramadán.

Es cierto que Irak declaró a fines de 2017 la "victoria" contra el EI --tras tres años de combates para recuperar un tercio del país que había caído en manos de los yihadistas--, pero varias células clandestinas, escondidas en las zonas montañosas o desérticas no han dejado de llevar a cabo ataques.

"Nivel inédito"

Y desde principios de abril, "las operaciones yihadistas han alcanzado un nivel inédito" desde la derrota del EI, afirma a la AFP el especialista del yihadismo Hisham al Hashemi.

Estas operaciones --bombas en carreteras, disparos contra convoyes policiales, asesinatos-- lanzadas desde localidades dejadas desiertas por sus habitantes, aún refugiados en campamentos, pretenden reactivar mecanismos de financiación y contrabando, además de generar pánico, según este experto.

Solamente en la provincia de Kirkuk --que se disputan Bagdad y el Kurdistán autónomo, ofreciendo una brecha en las medidas de seguridad--,un oficial de inteligencia asegura que el número de ataques del EI se ha multiplicado por tres entre marzo y abril. El EI llevó incluso a cabo un atentado suicida ante el cuartel general del servicio de inteligencia.

Y en la provincia rural de Diyala, que linda con Bagdad al noreste, los agricultores ven cada día cómo se queman sus terrenos o sus instalaciones agrícolas, y temen lo peor.

"Lo que pasa en este momento nos lleva a 2014", se alarma Adnan Ghadban, cuyos dos primos están en el hospital tras haber sido alcanzados por disparos de los yihadistas en sus propiedades.

Además de los recursos policiales dedicados a evitar la propagación del virus el EI aprovecha la peor crisis social y política que vive Irak, destaca Fadel Abu Reghif, experto en temas de seguridad.

"El EI sigue la situación política y, cuando hay un problema, se aprovecha para aumentar sus acciones" asegura a la AFP, y recuerda que dos primeros ministros designados ya han fracasado en formar gobierno, y que la misión del tercero se anuncia complicada.

No como en 2014

Pese a todo expertos y observadores piensan que el incremento de los ataques no significa de ninguna manera que el EI amenace de nuevo ciudades y provincias enteras como ocurrió en 2014.

"El EI no va a recuperar su anterior situación", cuando era un "califato" autoproclamado grande como Gran Bretaña, a caballo entre Irak y Siria, afirma Abu Reghif.

EL investigador Sam Heller tampoco cree que se esté en una situación similar a la que precedió a 2014, cuando el EI preparaba su espectacular ofensiva.

La multiplicación de ataques no conduce al califato, asegura Heller, es simplemente "una indicación de que el EI adopta una postura más agresiva". "Ello no quiere decir que haya adquirido nuevas capacidades" para actuar, precisa.

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