Los drones y la prensa, un tema complejo
Al preparar un informe un informe sobre un accidente de tránsito mortífero, un policía notó algo que es cada día más común: Una pequeña aeronave a control remoto, equipado con una cámara de video, que revoloteaba sobre los hierros retorcidos. La Administración Federal de la Aviación inició una investigación sobre el aparato, que era operado por un empleado de un canal de televisión de Connecticut. La agencia que supervisa la actividad aeronáutica está preparando nuevas reglas a medida que la tecnología hace que los "drones" sean más versátiles, pero por ahora los operadores de esos aparatos pueden burlar las actuales normas dándoles usos comerciales, incluso periodísticos. El caso del accidente automovilístico de Hartford, en el que el cuerpo de la víctima quedó colgando de un vehículo destrozado, pone de manifiesto algunos de los aspectos de seguridad, privacidad y ética con los que tendrán que lidiar los periodistas a medida que se populariza el uso de aeronaves teledirigidas con fines noticiosos. "Había un cadáver en el lugar. Lo habíamos cubierto de la mejor manera posible", expresó el teniente Brian Foley, vocero de la policía de Hartford, quien dijo que últimamente han aparecido muchos drones en los sitios donde ha habido crímenes. "Uno no quiere que la familia vea esto". Los agentes de Hartford interrogaron al individuo que operó el helicóptero a control remoto el primero de febrero, pero no le dijeron que dejase de usarlo, dijo Foley. El hombre se identificó como un empleado del canal WFSB-TV que ese día no trabajaba para esa empresa. El gerente general del canal, Klarn DePalma, dijo que constantemente analizan la nueva tecnología y que les interesa que haya normas que regulan el uso de drones, pero agregó que el hombre era un empleado temporal, no había sido asignado a cubrir esa noticia y no se le pagó por el video que obtuvo. "Nosotros ni siquiera tenemos un drone", afirmó. Los drones, que uno asocia generalmente con operaciones militares, son cada vez más usados con fines civiles. Se los emplea con frecuencia para determinar la magnitud de un desastre y en los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi se los está usando para la transmisión de competencias. En varios países los medios de prensa han estado usando drones, incluido Tailandia, donde organizaciones periodísticas los emplearon en la cobertura de protestas políticas en Bangkok los últimos tres meses. En Estados Unidos, la FAA dijo que ha enviado 12 cartas con distintos tipos de llamados de atención a operadores de drones, en algunos casos ordenándoles suspender sus actividades. La intención, dijo en un comunicado, es determinar si se viola alguna norma de seguridad. La agencia está trabajando desde hace cuatro años en regulaciones para drones pequeños, de menos de 25 kilos (55 libras), que son usados con fines comerciales, pero nunca ha podido cumplir con los plazos que se fija para hacer sus recomendaciones. La FAA se enfoca primero en los drones que vuelan a menos de 120 metros (400 pies) de altura —por debajo de los aviones— porque son los que resulta más fácil regular. Las normas para drones más grandes para usos comerciales se demorarán más todavía. Los drones son un aparato muy útil para el periodismo ya que da acceso y nuevas perspectivas para las noticias, sobre todo en zonas a las que no se puede llegar con helicópteros o que son peligrosas. Hay modelos que cuestan tan solo 500 dólares, pero los reguladores tienen que tomar en cuenta aspectos como la libertad de expresión, la seguridad y la invasión de privacidad. Varias organizaciones periodísticas han recibido amonestaciones desde 2011, en que un diario de iPad de la News Corp. del magnate Rupert Murdoch recibió un llamado de atención por usar un drone para filmar daños causados por un tornado en todo el país, según Matt Waite, profesor de periodismo de la Universidad de Nebraska-Lincoln. En julio del año pasado las facultades de periodismo de Nebraska y la de la Universidad de Missouri-Columbia recibieron la orden de suspender el uso de drones hasta que reciben una autorización del gobierno. Waite, quien fundó el Laboratorio de Periodismo con Drones de la universidad, dijo que cuando se concedan permisos para el uso comercial de los drones, los periodistas van a tener que sopesar el estrés que pueden causar decenas de aparatos sobrevolando un lugar. Otro tema a considerarse, agregó, será el de la seguridad, ya que son aparatos de varios kilos, con hélices. "¿Es un riesgo aceptable? ¿Es un riesgo responsable? Son dos cosas distintas", dijo Waite. Acotó que empresas de cine han usado ampliamente drones en sitios cerrados, donde pasan inadvertidos, pero los drones usados con fines periodísticos son fácilmente visibles. "Muchos periodistas se meterán en líos" por usar drones, sostuvo Waite. "Como periodista, ¿Qué sentido tiene tomarse el trabajo de sacar las fotos si no las van a publicar?"