Los océanos son los grandes olvidados de la cumbre del clima, dice científica
Los océanos son los grandes ausentes de la cumbre del clima de París (COP21), explica en una entrevista con Efe la científica francesa Françoise Gaill, quien advierte de que no actuar ni tenerlos en cuenta puede conllevar un impacto "catastrófico" sobre el ecosistema.
El calentamiento atmosférico, recuerda Gaill, repercute de forma mecánica en el de los mares, que se "dilatan" y elevan el nivel del agua, especialmente al acelerarse la fusión de los glaciares.
El escenario más optimista en caso de inacción deja esa elevación del nivel del mar en 25 centímetros de aquí a finales de siglo, cantidad suficiente, avanza, para provocar desplazamiento de poblaciones y cuestionar las infraestructuras actualmente en marcha para contrarrestar esas subidas.
Pero las hipótesis más pesimistas contemplan la posibilidad de que el crecimiento alcance los 80 centímetros.
La cita parisina, que según Gaill no ha incluido los mares en sus discusiones, reunirá entre el 30 de noviembre y 11 de diciembre a representantes de 195 países más la UE en busca de un acuerdo global que gestione el proceso de descarbonización para que la temperatura del planeta no aumente más de dos grados a finales de siglo.
Pasado ese umbral, un grado de más, según la bióloga, bastaría para provocar el blanqueamiento de los corales, amenazar la supervivencia de los arrecifes y poner en peligro la subsistencia de 500 millones de personas.
Aunque el impacto real del cambio climático sobre los océanos sigue siendo en gran parte desconocido, un alza de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) implicaría además una acidificación que desafía el ecosistema marino.
"Si no hacemos nada, corremos el riesgo de empotrarnos contra el muro", indica la coordinadora del consejo científico de la Plataforma Océano y Clima, y presidenta del consejo estratégico y científico de la Flota oceanográfica francesa.
La culpa de la aparente ceguera sobre la importancia de los mares, en su opinión, parte tanto de la falta de organización de la comunidad marina como del desinterés de la clase política, centrada primero en la defensa de sus respectivos territorios y no de esa "tierra de nadie".
Gaill denuncia que incluso una cumbre satisfactoria sería incompleta si, como está previsto, no incluye en su texto y conclusiones acciones en favor de ese elemento, que cubre el 70 % de la superficie del planeta, concentra 50 veces más carbono que la atmósfera y absorbe el 90 % del exceso de calor debido al efecto invernadero.
La científica lamenta la visión "cortoplacista" de los políticos y la falta de inversión y medios destinados al estudio de los mares, sobre los que hay más hipótesis que hechos confirmados.
El acuerdo negociado en París entraría en vigor en 2020 y sustituiría la segunda fase del Protocolo de Kioto, aunque a diferencia de éste, que sólo incluía a un grupo de países industrializados que representan el 11 % de las emisiones, supone responsabilidades para todos y cubriría casi el 100 % de las emisiones de los gases.
Gaill ve positivo que, aunque países como China y EEUU pretendan que no sea vinculante estos, hayan coincidido en la necesidad de actuar.
Y admite que, pese a que la COP21 ha dado la espalda a los mares reservándoles sesiones menores, es momento de movilizarse para que la siguiente edición les otorgue mayor protagonismo.
"Nos queda un trabajo diplomático importante por delante", reconoce la científica, consciente de que los océanos forman parte de las soluciones contra el cambio climático y de que por lo tanto no se debe obviarlos.