Cuatro ciudades suizas luchan para acoger el próximo concurso de Eurovisión
La ganadora debe anunciarse a finales de agosto.
Ginebra, Suiza/La victoria del artista suizo Nemo en Eurovisión 2024 implica que el país helvético acogerá la próxima edición del popular concurso musical, con varias ciudades como candidatas a pesar de la inquietud por el costo de la organización.
Zúrich, Ginebra, Basilea y Berna, en este caso de la mano de la ciudad natal de Nemo, Biel, son las cuatro candidatas declaradas para ser sedes del 69ª Festival de la Canción de Eurovisión que debe tener lugar a mediados de mayo de 2025. La ganadora debe anunciarse a finales de agosto, pero los requisitos financieros de organizar el concurso alimentan la posibilidad de que se celebren referéndums a nivel local para oponerse a acoger el certamen.
El concurso coloca a las ciudades sedes en el escaparate. La última edición, organizada en la sueca Malmo, reunió a 163 millones de telespectadores en todo el mundo. También supone una notable fuente de ingresos para la industria hotelera y turística de la ciudad, que suele llenarse de fanáticos de Eurovisión y las delegaciones de cada país.
Después del entusiasmo despertado con la victoria de Nemo con la canción "The Code", cuatro candidaturas formales se presentaron antes del cierre del plazo a finales de junio. Pero en Suiza, los votantes tienen voz directa sobre cómo se gastan sus impuestos y algunos no ven con buenos ojos los costos y las molestias de llevar el espectáculo a su ciudad.
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Satanismo y ocultismo"
Bajo el sistema de democracia directa de Suiza, se pueden organizar votos populares sobre casi cualquier tema si se reúnen las firmas necesarias. El partido cristiano fundamentalista de derechas, Unión Demócrata Federal (UDF), está promoviendo referéndums en todas las potenciales sedes para evitar que se destine dinero público para organizar el concurso.
"Lo que más nos molesta es que el satanismo y el ocultismo se celebran cada vez más o, al menos, se toleran", declaró Samuel Kullmann, miembro del comité ejecutivo del partido, según la radiotelevisión pública SRF.
"Más y más artistas presentan abiertamente mensajes ocultos", afirmó poniendo como ejemplo la participante irlandesa en 2024, Bambie Thug, que se inspira en la brujería. Pero la próxima ventana para celebrar votaciones populares en Suiza llega después de la fecha de selección de la sede en agosto, lo que puede generar una situación complicada.
La decisión sobre la sede la tomará la emisora local SRG, respaldada por la Unión Europea de Radiodifusión (EBU) que es propietaria del concurso. Un portavoz del medio suizo, Edi Estermann, reconoce que es "menos arriesgado y ofrece más seguridad de planificación" escoger una ciudad donde no haya peligro de celebrarse un referéndum. "Sin embargo, este no es el único aspecto de una larga lista de requisitos", agrega.
"Acoso, disturbios"
Desde sus inicios en los años 1950, Eurovisión se ha convertido en una colorida celebración que no se toma a sí misma demasiado en serio. Es un evento sin lucro, financiado por las contribuciones de las emisoras de los países participantes. Eurovisión argumenta que "dado que los beneficios irán" a la ciudad sede, esta debe contribuir a la organización.
Puede hacerse "tanto financieramente como 'en especias', por ejemplo, cubriendo los gastos de promoción de la ciudad, de los eventos paralelos, de seguridad, etc.". Las ciudades candidatas han previsto unos paquetes de financiación de entre 20 y 40 millones de francos suizos (22,25 y 44,5 millones de dólares). El derechista Partido Popular de Suiza (SVP), el primero en el país, está estudiando las opciones de organizar referéndums en Zúrich y Berna.
La carga política del último certamen en Malmo, con numerosas protestas en contra de la participación de Israel por la guerra en Gaza, tampoco facilita las cosas. Eurovisión 2024 estuvo "dominada por el acoso, los disturbios y la farsa política más que por las habilidades artísticas. No necesitamos esto en Zúrich", dijo la sección regional del SVP.
De su lado, la rama en Berna del partido definió el concurso como "un caro espectáculo mediático" que costará al menos 40 millones de francos suizos. El diputado cantonal de Berna Samuel Krahenbuhl, señaló que ciudades como Zúrich, Ginebra y Basilea disponen más margen económico. "Los altos costes y los otros problemas que estos grandes eventos conllevan se los dejamos a ellos", afirmó.
Por ahora no hay mucha oposición en Basilea hacia el concurso, ni siquiera del SVP, ni tampoco en Ginebra, cuyos políticos muestran entusiasmo en la candidatura. No es la primera pelea política por la financiación de grandes eventos en Suiza. El país acogerá en 2025 la Eurocopa femenina de fútbol y el gobierno quiso reducir la contribución prometida de 15 millones de francos a cuatro, pero el Parlamento lo evitó.