Conmemoran día de la patrona de Honduras orando por la seguridad y las igualdades sociales
Miles de personas oraban este sábado a la virgen de Suyapa, patrona de Honduras, en su 272 aniversario, pidiendo por la seguridad y las igualdades sociales, en una celebración anual en la que participan unos dos millones de feligreses durante diez días.
"Venimos a pedirle a la virgen por la seguridad, por menos violencia y menos desigualdades, por empleo y porque los garífunas no sigamos siendo desplazados de nuestros territorios", dijo a la AFP durante la conmemoración, Tesla Quevedo.
La mujer que llegó de la comunidad de Sangrelaya, departamento de Colón, formaba parte de unos 300 peregrinos negros que viajaron en cinco buses al santuario de Suyapa, ubicado al este de Tegucigalpa, procedentes de las comunidades garífunas de los departamentos del Caribe y otras zonas del país a donde han emigrado buscando mejores condiciones de vida.
Los miembros de la comunidad garífuna mandaron a oficiar una misa en su lengua, amenizada con sus cánticos y música con predominio de tambores africanos.
Quevedo lamentó que los problemas de Honduras son la violencia delictiva, las desigualdades sociales y la falta de empleo que expulsan a las personas de sus comunidades para buscar mejores condiciones de vida, como es el caso de los migrantes que marchan en caravanas hacia Estados Unidos.
"Nosotros somos desplazados de nuestros territorios y pedimos a la virgen que interceda por nosotros, los miembros de la comunidad garífuna", añadió.
Por su parte, Elsa Gómez, una indígena de Guajiquiro, en el oeste del país, comentó a la AFP que ella tiene mucho que agradecer a la virgen porque a sus tres hijos los tiene "con bien".
"Uno de ellos, de 24 años, Oscar López, es soldado; un defensor de la patria. Yo tengo mucho que agradecer a la virgen", destacó con orgullo la mujer de 56 años.
Cada 3 febrero se conmemora el día la virgen de Suyapa, como recordatorio del hallazgo, en esa fecha de 1747, de la estatuilla de 6,5 cm por un campesino en una montaña del este de la capital.
En los alrededores del imponente templo se vive un ambiente de fiesta, con ventas de comida y tiendas de campaña para albergar a los feligreses que se relevan a lo largo de los diez días de la conmemoración encabezada por la Arquidiócesis de Tegucigalpa, a cargo del cardenal Oscar Rodríguez.