El volcán de Pacaya en Guatemala continúa alimentando un gran flujo de lava
La constante actividad del volcán de Pacaya, uno de los más activos que hay en Guatemala, sigue hoy en incremento y alimenta un gran flujo de lava de más de 500 metros de largo que se desprende por sus faldas.
La formación, que es parte de una gran caldera volcánica junto con el Lago de Amatitlán y la Laguna de Calderas, genera además explosiones de tipo estromboliano que arrojan material a unos 50 metros de altura que iluminan de resplandor el cielo.
La primera erupción documentada del Pacaya, ubicado en el departamento sureño de Escuintla y de unos 2.552 metros de altura, data de 1565 y estuvo acompañada de terremotos.
Durante años tuvo actividad, aunque luego permaneció en letargo casi un siglo hasta que en 1961 se reactivó, una actividad que dura hasta hoy en día.
El último incremento de actividad que había tenido este volcán data de junio de 2015, mientras que la erupción es del 27 de mayo del 2010 y como consecuencia hubo un muerto y cuantiosas pérdidas materiales, además de que la ceniza lanzada cubrió toda la región metropolitana.
Pacaya está constituido por varias cúspides fuertemente fracturadas y de estructuras complicadas y actualmente solo está activo el llamado cono MacKenney, en honor al doctor Alfredo MacKenney, quien ha dedicado su vida a estudiar el volcán, en especial a este cono.
El Pacaya forma parte junto a Fuego y Santiaguito de los tres volcanes más activos de los 32 que tiene el país centroamericano.