En la cuna de Rodolfo Hernández, el candidato millonario a prueba de escándalos
En octubre de 2015 un ejército de jóvenes se desplegó por los callejones de un empobrecido barrio en la ciudad colombiana de Bucaramanga, para entregar miles de cartas con la promesa de un constructor millonario: viviendas gratuitas si resultaba electo como alcalde.
"Rodolfo aquí fue puras mentiras. ¿Y va ser presidente ahora?", se pregunta Paulina Figueroa, un ama de casa en ese barrio, El Pablón.
Figueroa aún conserva una de las cartas pero en vez de tener una vivienda dice que tomó un crédito -por el que paga unos 150 dólares al mes, la mitad de sus ingresos- para comprar un pequeño rancho en una de las empinadas laderas de la barriada.
Fue una "promesa más incumplida por un politiquero barato", sostiene Jaime Núñez, quien recibió entusiasmado la misiva con la firma de Hernández y votó por él pero hoy vive "hacinado y en arriendo".
Hernández fue elegido para el periodo 2016-2019 derrotando a la clase política que había gobernado por décadas esta ciudad de casi 600.000 habitantes.
El empresario constructor, que dice tener una fortuna de 100 millones de dólares, donó su salario a causas sociales. Se ganó a los electores con su credo anticorrupción y sus informes diarios de gestión a través de transmisiones en Facebook.
Fue suspendido del cargo por intervenir en política electoral y renunció poco antes de terminar su mandato.
También fue conocido por otro acto como alcalde: abofetear frente a las cámaras a un edil opositor que acusó a su hijo de estar aliado con un político corrupto.
"La gente lo quiere"
Hernández sorpresivamente recibió casi seis millones de votos en la primera vuelta presidencial y se medirá con el izquierdista Gustavo Petro en el balotaje del 19 de junio. Las encuestas señalan un empate técnico.
A pesar de que incumplió su proyecto más ambicioso, el exalcalde de 77 años sigue siendo muy popular en Bucaramanga por su desparpajo y por haber saneado las finanzas públicas. Aquí obtuvo el 64% de los sufragios en el primer turno.
Su foto sonriente adorna muros y vehículos. En algunos restaurantes su figura a escala humana da la bienvenida a los comensales.
"Se enfrentó a una clase política corrupta que prácticamente tenía esclavizada a la ciudad y la derrotó. Por eso la gente lo quiere", explica el ingeniero Félix Jaimes, asesor de Hernández cuando era alcalde.
Jaimes dice que el Concejo de Bucaramanga, donde Hernández nunca tuvo mayorías, bloqueó su plan para entregar las 20.000 viviendas gratuitas.
En los barrios populares "hizo muchas obras a pesar de que no tenía concejales", valora Abel Acevedo, un taxista de 47 años que votará por el ingeniero.
"Un corrupto más" -Saúl Ortiz piensa diferente.
En una carpeta, este sargento retirado lleva las supuestas evidencias de la "estafa" a un centenar de familias de militares que compraron viviendas en un proyecto de la constructora de Hernández.
En 1995 comenzó a cubrir las cuotas de una casa en Bucaramanga, pero terminó pagando un 30% más del precio pactado inicialmente.
"La mayoría de propietarios perdió (la vivienda) por falta de capacidad de pago, debido a ese exceso del constructor Hernández", según Ortiz.
Afirma que consiguió por vía judicial que le devolvieran el excedente.
Pero su casa se inundó porque la urbanización, afirma a la AFP, fue construida demasiado cerca del cauce de un río.
"El barrio quedó totalmente anegado, fueron toneladas de lodo, se dañaron los carros; gente lo perdió todo (...) no nos indemnizaron", relata Ortiz mientras obreros levantan un muro de casi 120 metros y una retroexcavadora avanza para contener el río.
El Estado asumió el costo de los trabajos por 2.900 millones de pesos (760.000 USD). Hernández "no es quien dice ser (...) es un corrupto más de esta clase politiquera que tiene a Colombia sumida en la pobreza", dice molesto.
"Que digan lo que quieran"
El outsider millonario engloba su propuesta de gobierno en una consigna: acabar con los corruptos. Propone recortar la burocracia y combatir la pobreza que afecta al 39% de los colombianos (22 millones de personas), sin aumentar impuestos. Incluso quiere reducir el IVA del 19% al 10%.
No obstante su leitmotiv, está imputado por "interés indebido" en favor de terceros en un contrato que firmó cuando era alcalde. Hernández niega los cargos.
Los escándalos no le han hecho mella. Con el apoyo de diversas fuerzas temerosas de un inédito gobierno de izquierda, Hernández podría suceder en agosto al impopular Iván Duque.
A diferencia de Petro, no da discursos, esquiva los debates y vuelca toda su estrategia en redes sociales, especialmente en TikTok, donde tiene casi 600.000 seguidores.
Con 97 años, Cecilia Suárez, la madre del candidato, también forma parte de su campaña mediática. "Uno se acostumbra que digan lo que quieran no siendo cierto", dice frente a los señalamientos contra su hijo.
En el patio trasero de su casa, donde funciona una fábrica de panela, la mujer refuerza la imagen de incorruptible del candidato. Le enseñé a "ser honorable con la gente (...) le di estudio no para político, sino para que sea una persona de bien".