Protestas de maestros y médicos paralizan parte de Honduras y generan caos
Tegucigalpa/El paro convocado por maestros y médicos de Honduras en protesta por la presunta privatización de la educación y la salud afectó este jueves varias ciudades del país, donde hubo manifestaciones violentas y enfrentamientos con la Policía que dejaron unos 25 heridos por pedradas e inhalación de gas lacrimógeno.
Médicos y maestros del sector público lideran una huelga indefinida a nivel nacional que comenzó este jueves, en rechazo a dos iniciativas de ley que buscan transformar la salud y la educación, pese a que anoche el Gobierno del presidente Juan Orlando Hernández aprobó un decreto que garantiza la no privatización en ambas áreas.
En Tegucigalpa, los incidentes más violentos se registraron frente al Aeropuerto Internacional Toncontín, cuando la Policía lanzó gas lacrimógeno para impedir que manifestantes bloquearan el bulevar que cruza frente a la terminal.
En las protestas participaban maestros y médicos, así como también estudiantes de secundaria y universitarios y activistas de partidos oposición, que coreando consignadas como "Fuera JOH" (Juan Orlando Hernández) habían recorrido varios kilómetros hasta enfilar por un bulevar de la capital y llegar a las inmediaciones del aeropuerto capitalino.
Lo que se había anunciado por sus organizadores como una manifestación "pacífica" terminó en una batalla campal frente al aeropuerto, al que pretendían ingresar los manifestantes que antes habían comenzado a quemar neumáticos y cerrado el paso a los vehículos en los carriles de ida y regreso del Bulevar Comunidad Económica Europea.
Frente a la entrada del aeropuerto, un volquete de los manifestantes descargó varios metros cúbicos de tierra para hacer una especie de barricada en uno de los dos carriles del bulevar.
Ante el efecto del gas lacrimógeno lanzado por las fuerzas del orden, los usuarios y personal que estaban en el interior del aeropuerto fueron sacados por la parte posterior y tuvieron que cruzar a pie las dos pistas de la terminal hasta llegar a los predios de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), algo que no había ocurrido en otras protestas en el país.
Varios restaurantes de comida rápida de un centro comercial cercano fueron atacados con piedras, hasta romperle los cristales, por manifestantes con su rostro cubierto.
Los policías intentaron contener las protestas pero fueron recibidos a pedradas por los manifestantes, por lo que respondieron disparando bombas de gas lacrimógeno.
La solución a la crisis pasa por "la derogación de los dos decretos", dijo a Efe Ramón Lagos, un médico del capitalino Hospital Escuela, el más importante del país.
Agregó que los decretos relacionados con la transformación en las áreas de salud y educación pretenden "implementar procesos que llevan a la privatización" de los servicios, como el caso de Colombia.
"La salud está siendo privatizada poco a poco", enfatizó Lagos, quien es de la opinión de que el pueblo hondureño "ya no puede con más sacrificios".
La huelga de los maestros y médicos se lleva a cabo pese a que el Gobierno hondureño aprobó anoche un decreto que establece que las dos iniciativas legales "no contienen autorización o facultad alguna para privatizar o hacer despidos masivos en los sistemas de educación y la salud".
El Gobierno asegura que "no habrá privatización, ni despidos, pero es mentira porque (el decreto) está fuera de ley", explicó a Efe Karla Irías, una maestra de educación media, quien hizo un llamamiento a la población a "sumarse a la lucha".
"La sociedad tiene que ser consciente de que nosotros luchamos por algo justo" para el pueblo, señaló Irías, quien indicó además que el Gobierno no tiene voluntad para solucionar el problema.
En otro extremo de la capital, una patrulla de la Policía fue interceptada por manifestantes que, luego de saquear raciones de comida que llevaba para agentes de las fuerzas del orden, le prendieron fuego.
También se han registrado hechos violentos en ciudades del norte, occidente, centro, oriente y sur del país.
La protesta de los médicos y maestros mantiene paralizada en gran medida las labores en escuelas y colegios públicos de las principales ciudades del país, al igual que en varios hospitales.