El proceso en busca de diálogo para resolver la crisis hondureña avanza sin Zelaya
El proceso en busca de un diálogo que ponga fin a la crisis política y social que vive Honduras, en parte derivada del presunto fraude en las elecciones de noviembre de 2017, avanza sin la participación del expresidente Manuel Zelaya, protagonista también de otra crisis, la de 2009.
La mesa técnica en busca del diálogo al que invitó el Gobierno en 2017 se instaló el lunes con representantes de los partidos Nacional (en el poder) y Liberal, y de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, que lidera Salvador Nasralla, quien aduce que él ganó las elecciones, pero que hicieron un fraude.
El moderador de la mesa es el coordinador residente de la Oficina de las Naciones Unidas en Tegucigalpa, Igor Garafulic, quien el lunes, tras la primera reunión, dijo que "sí existe voluntad para iniciar el diálogo" y que lo primero que hubo fueron "conversaciones previas" al acercamiento que se busca.
Además, las partes decidieron respetar una recomendación de una Misión Exploratoria de las Naciones Unidas, que estuvo en febrero en Tegucigalpa, de "ponerse de acuerdo en quiénes son los actores de la mesa, cuál es el alcance y qué temas se van a discutir".
La recomendación incluye la fijación de "un plazo" para que la mesa "no sea eterna y pueda dar resultados", subrayó Garafulic. E
l miércoles, luego de la segunda reunión, el diplomático, con tono muy optimista, expresó que la mesa avanzó en el tema sobre violaciones a derechos humanos registradas después de los comicios.
Además, se acordó crear una comisión para que "acompañe y ayude a verificar los avances que están haciendo los órganos del Estado que están investigando la violencia que hubo", lo que supone que habrá "castigo" para quienes violentaron derechos humanos.
En la segunda cita se relegó a un segundo plano quién será el mediador internacional del diálogo, porque primero hay que saber "qué es lo que se le va a pedir" y "qué atribuciones, qué potestad se le va a dar".
Garafulic dijo que el mediador, sobre el que se han barajado nombres de expresidentes como Vinicio Cerezo (Guatemala), Ernesto Zedillo (México), Michelle Bachelet (Chile), José Mujica (Uruguay) y Felipe González (España), también preguntará "a qué me están invitando, qué atribuciones me están dando para poder ayudar".
Los participantes en la mesa llegarán mañana a la tercera reunión con la reiterada ausencia de la representación del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), cuyo coordinador general es el expresidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio de 2009 cuando promovía reformas políticas que la ley no le permitía.
Zelaya también es el coordinador general de la Alianza de Oposición contra la Dictadura que lidera Salvador Nasralla, con quien con frecuencia entra en contradicciones sobre el diálogo que se busca para resolver la crisis política y social de Honduras, aunque ambos exigen la salida de Juan Orlando Hernández del poder.
Nasralla ha reiterado que el tema central del diálogo debe ser "el fraude electoral". El viernes dijo que si el presidente Hernández "insiste en que el diálogo no sea sobre el fraude electoral, no habrá diálogo".
Además, advirtió que si mañana el Gobierno, a través de su representante, el ministro de la Presidencia, Ebal Díaz, "dice que no acepta enviar un decreto (al Parlamento) para que lo que acordemos sea vinculante", sus representantes "se levantan" de la mesa "y no hay diálogo".
Zelaya insiste en que no se sentará a dialogar con Hernández o sus representantes porque no lo reconoce como gobernante reelegido en 2017. El expresidente ha advertido que LIBRE seguirá protestando en las calles contra el supuesto fraude del año pasado, lo que iría en paralelo con los acercamientos al diálogo que busca la mesa técnica para resolver una crisis que diversos sectores consideran que es una continuidad de la 2009 por el golpe de Estado.
La crisis de 2009 dejó a los hondureños divididos entre "golpistas" y "golpeados"; con muertos, lesionados, detenidos, odio, con muchos intolerantes y pérdidas millonarias por daños a la propiedad pública y privada, como ha venido ocurriendo con las protestas, algunas violentas, por el presunto fraude de 2017.
Además, dejó resquebrajado y relegado a segunda fuerza de oposición al Partido Liberal -con el que Zelaya llegó al poder en 2006- que durante un siglo alternó el poder con el Nacional, ambos corresponsables en gran medida de la pobreza, corrupción, injusticia y otros flagelos que ha vivido Honduras a lo largo de su historia.
Manuel Zelaya, igual que otros políticos hondureños, ha sido capaz de crear crisis, pero no de resolverlas, lo que demanda de un pacto social en el que todos los sectores aporten para superar los problemas del país, lo que esta semana ha recomendado la Pastoral Cáritas, de la iglesia católica.