Partido opositor quiere a la OEA en el proceso de reformas electorales de Nicaragua
Managua/El partido opositor Ciudadanos por la Democracia (CxL) informó este lunes que las reformas a la Ley Electoral de Nicaragua, anunciadas recientemente por el Legislativo, necesitan contar con la Organización de los Estados Americanos (OEA), para ser creíbles, en medio de la crisis sociopolítica local.
"Aquí se necesita la presencia de organismos internacionales, preferiblemente la OEA", dijo la presidenta de CxL, Kitty Monterrey, en conferencia de prensa.
Las reformas electorales son vistas por la oposición y la comunidad internacional como la única manera para que resulten exitosos los comicios programados para 2021, dada la crisis sociopolítica que ha dejado al menos 328 muertos desde abril de 2018 en Nicaragua.
La Asamblea Nacional anunció la semana pasada que las reformas forman parte de la agenda de este año en el Parlamento, dominado por el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que advirtió que consultaría los cambios con los opositores, quienes en su mayoría no pertenecen a ningún partido político.
Monterrey sostuvo que el objetivo de CxL es "que todos participen, y si la OEA viene, que es la esperanza de todos, se debe consultar con todos los nicaragüenses".
Ayer domingo el cardenal Leopoldo Brenes abogó por que las reformas sean objeto de una "consulta general", para "traer tranquilidad para las próximas elecciones".
La opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que no es partido político, también advirtió que unas reformas electorales en las que únicamente sean consultadas las organizaciones partidarias, serán "cosméticas", sin más objetivo que el de "aparentar" pluralismo ante la comunidad internacional.
En las elecciones de noviembre de 2016, el Consejo Supremo Electoral afirmó que un 68,2 % de los votantes fue a las urnas, no obstante, diferentes organismos indicaron que la participación real fue menor al 30 %, a pesar de denuncias sobre dobles votos de los sandinistas al final de la jornada, cuando notaron la escasa concurrencia.
En dichos comicios, señalados con anticipación por supuesto fraude, el presidente Daniel Ortega fue reelegido para un tercer mandato consecutivo, con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta.
La oposición, la comunidad internacional y el Episcopado, insisten en que las próximas elecciones de Nicaragua deben ser "libres, justas, transparentes y observadas", sin la intervención de Ortega y sin opción de reelección, para que no se extienda la crisis sociopolítica que ha dejado al menos 328 muertos desde abril de 2018.