Guatemala despide a Arzú, un 'amigo caminante' de la paz y el desarrollo
Guatemala empezó hoy a despedir al expresidente que firmó los Acuerdos de Paz en 1996 y alcalde de la capital en cinco ocasiones, Álvaro Arzú Irigoyen, un hombre al que los suyos recuerdan como un "amigo caminante" del desarrollo y la paz con una gran vocación de servicio público.
Con honores de Estado, los restos del exmandatario, fallecido el viernes por un paro cardiorrespiratorio mientras jugaba al golf con uno de sus hijos, fueron homenajeados por diversas autoridades y personalidades que se acercaron al Palacio Nacional de la Cultura, donde permanecerán hasta este domingo, cuando será enterrado en la intimidad familiar.
Después de un homenaje de la fuerza marina y aérea, de la policía y del Ejército, con tres helicópteros y varios aviones sobrevolando el área, los restos mortales del expresidente, de 72 años, fueron cargados a hombro por diez cadetes hacia el interior del Palacio, donde estaba presente su familia y sus amigos más cercanos.
Ante el féretro, cubierto con la bandera de Guatemala y presidido por una rosa blanca, el jefe de Estado, Jimmy Morales, recordó a quien fue su amigo, su compañero en este camino de vida y una de sus personas más cercanas, además de un gran apoyo.
Parafraseando los versos de Antonio Machado en el poema "Caminante no hay camino", Morales dijo que Arzú Irigoyen fue un "amigo caminante" que dejó "huellas profundas de riqueza" en toda Guatemala, con éxitos indiscutibles como la culminación del "milagro de la firma de la paz".
Arzú Irigoyen, de 72 años, fue presidente de Guatemala entre 1996 y 2000, tiempo durante el cual firmó los Acuerdos de Paz por parte del Gobierno con la guerrilla para poner fin a 36 años de conflicto armado interno (1960-1996), una sanguinaria guerra que dejó más de 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, además de un millón de desplazados internos.
"Fue amado por muchos. Su memoria permanecerá en los libros de la nación y en los corazones de quienes le admiramos y quisimos. Se ha ido uno de los más grandes líderes", proclamó el mandatario, quien describió al político y excanciller como un "constructor", un generador de arte, un pregonero de la cultura y un filántropo de corazón que luchó por el desarrollo del país y de la capital.
Por la muerte del expresidente, recordado por Jimmy Morales como un hombre con un carácter "combativo y sincero", el Gobierno de Guatemala decretó tres días de luto oficial tras la pérdida de una persona a la que el ministro de Cultura y Deportes, José Luis Chea, describió como el "político más exitoso y reconocido" del país.
Arzú Irigoyen, nacido el 14 de marzo de 1946, era descendiente de inmigrantes vascos españoles y perteneciente a la reducida pero poderosa elite europea de Guatemala, con una trayectoria vinculada siempre a los negocios en los sectores turístico, comercial e industrial, y a la administración pública.
Fue director del Instituto Guatemalteco de Turismo, ministro de Relaciones Exteriores, presidente y alcalde durante 20 años -15 de ellos consecutivos-, y falleció siendo un hombre controvertido, odiado por muchos y amado por otros tantos.
Aunque él, que siempre mostró confianza en que una mejor Guatemala era posible, siempre aseguró tener el respeto de los guatemaltecos, haber cumplido con la misión de servir a su país en tiempos buenos y malos, y tener la conciencia tranquila para rendir cuentas a Dios cuando lo llamara.
Arzú Irigoyen, el hombre que gobernó durante el corazón de la guerra en Guatemala, fue recordado por los asistentes como un hombre referente para los futuros servidores públicos, un ejemplo a seguir, y una pieza fundamental para entender el país.
Así se pronunció el expresidente Alejandro Maldonado (2015), quien recordó al fallecido como un hombre que deja una "lección de vida, esfuerzo, carácter, trabajo y virtudes": "Era un hombre benevolente".