Fabricio Alvarado, el evangélico cantante que aspira a la presidencia de Costa Rica
La música ha estado en el centro de la vida de Fabricio Alvarado, desde que aprendió a tocar guitarra en su infancia hasta que llegó a las iglesias evangélicas como cantante, y luego como candidato presidencial en Costa Rica de un partido nacido del movimiento neopentecostal.
Postulado por el conservador partido Restauración Nacional, ligado a las iglesias neopentecostales, Fabricio Alvarado disputa codo a codo el balotaje del 1 de abril electoral con el oficialista Carlos Alvarado (sin parentesco).
Fabricio Alvarado es un periodista y predicador evangélico de 43 años conocido por más de una década como reportero de televisión y por su labor como diputado en el actual período legislativo. Renunció a su curul en febrero para dedicarse a su campaña presidencial.
Casado con Laura Moscoa y con dos hijas pequeñas, Alvarado viene de una familia de clase media que en su adolescencia quedó a cargo de su madre, Dulce María Muñoz, cuando sus padres se separaron.
De estilo retórico y emocional, Alvarado ha recorrido el país llevando su mensaje de "manos limpias", para contrastar un escándalo de tráfico de influencias que acosa al actual gobierno, del que salió su contrincante en el balotaje.
Su éxito en la actual elección fue algo inesperado, como lo fue su irrupción en la política costarricense como candidato a diputado por el RN en los comicios de 2014.
No iba a ser candidato
Alvarado contó en una entrevista con la red de televisión Teletica que se convirtió en candidato a diputado en 2014 cuando el aspirante de su partido desistió de participar a una semana de la convención partidaria.
"Yo no iba a ser candidato de nada", reconoció Alvarado, quien dice que el partido le propuso asumir la postulación, lo que aceptó "después de consultar con Dios, con mi esposa y con mi pastor".
Sin título académico y sin mayor experiencia política, Alvarado refuta las críticas de falta de capacidad para gobernar, repitiendo en los debates que "la gente de experiencia nos ha dejado malas experiencias. Confío plenamente en Dios y si he llegado hasta aquí es porque tengo capacidad".
Atraído por la televisión en su adolescencia, entró a estudiar comunicación en la Universidad de Costa Rica, aunque no se graduó.
Fue la televisión la que lo convirtió en una figura conocida en el país, como reportero de sucesos y presentador del noticiero de la red Repretel.
Estando en el colegio vivió el momento más traumático en su vida con la separación de sus padres, que el candidato recuerda como "una separación violenta, con agresiones entre ellos", lo que afectó su autoestima por años.
En 2003, siendo periodista televisivo, Alvarado dice que logró superar el trauma de esa separación cuando ingresó a la iglesia evangélica Ríos de Alabanza, y recibió "consejería y sanación" que le permitieron volver a acercarse a su padre, de quien se había distanciado tras la separación.
En la iglesia evangélica conoció a Laura Moscoa, con quien se casaría en una fecha especialmente escogida: el 7 de julio de 2007, por considerar que el 7 es el número bíblico de la perfección.
Dos años después de casarse cerró su ciclo como periodista para dedicarse a la música cristiana y a predicar, mientras continuaba haciendo trabajos independientes en periodismo.
Fueron estos trabajos los que lo pusieron en contacto con el partido RN, que lo contrató para producir videos promocionales y posteriormente lo reclutó como candidato a diputado.
El sociólogo y teólogo Alberto Rojas, de la Universidad Nacional, comentó que el fundador de RN, el pastor evangélico y exdiputado Carlos Avendaño, vio en Alvarado condiciones para la política.
"Fabricio nace a la política por el buen olfato de Carlos Avendaño", comentó Rojas a la AFP.
Su candidatura presidencial, la primera del partido, fue un intento de ayudar a la agrupación a crecer más allá de un solo diputado en el legislativo de 57 escaños.
Rojas destacó que Alvarado demostró una capacidad de convocatoria superior a otros aspirantes, logrando atraer apoyo de 4% a 5% en los inicios de la campaña, cuando ningún aspirante evangélico había llegado a 2%.
Alvarado reconoce que su amenaza de retirar a Costa Rica de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en represalia por su opinión consultiva a favor del matrimonio homosexual, le dio una plataforma mediática que lo hizo conocido y lo disparó en las encuestas, hasta ser el candidato más votado en la primera vuelta.
"La opinión consultiva de la Corte Interamericana fue un punto de quiebre, sería mezquino no reconocerlo", dijo Alvarado. "Pero también benefició al partido de gobierno".