Expresidente salvadoreño Mauricio Funes condenado por tregua con pandillas
El expresidente salvadoreño Mauricio Funes (2009-2014), radicado en Nicaragua, fue condenado este lunes en ausencia a 14 años de prisión en El Salvador por haber facilitado una tregua con pandillas durante su mandato, informó la Fiscalía.
"El expresidente Mauricio Funes ha sido condenado a 14 años de cárcel y David Munguía Payés, exministro de Justicia y Seguridad, ha recibido una pena de 18 años de prisión", indicó la Fiscalía General de la República (FGR) en su cuenta de Twitter.
El exmandatario izquierdista recibió una sentencia de ocho años de cárcel por el delito de integrar agrupaciones ilícitas y otros seis años por el delito de incumplimiento de deberes.
En tanto, el exministro Munguía Payés recibió ocho años de prisión por el delito de integrar agrupaciones ilícitas, otros seis años por incumplimiento de deberes y cuatro años más por actos arbitrarios, según explicó la FGR.
"Los exfuncionarios permitieron que las pandillas se fortalecieran económicamente y en territorio, a cambio de reducir el índice de homicidios entre el 2011 y 2013, para beneficiar al gobierno en turno y favorecerlo en las elecciones", indicó la FGR.
En 2012 hubo una tregua con las pandillas que empujó a una baja en los homicidios y la misma contó con el auspicio de la Organización de Estados Americanos.
Funes, de 63 años, quien enfrenta otros procesos ante la justicia salvadoreña por supuestos actos de corrupción, se marchó a mediados de 2016 a Nicaragua, donde recibió asilo. Posteriormente, en julio de 2019, el gobierno de Daniel Ortega le concedió la nacionalidad nicaragüense.
La Fiscalía comenzó indagaciones sobre la tregua con pandillas en 2016 y en noviembre de 2022 un juzgado de San Salvador, a pedido de la Fiscalía, ordenó la detención del exmandatario por presuntos delitos relacionados a este caso.
El actual presidente salvadoreño, Nayib Bukele, lanzó en marzo de 2022 una "guerra" contra las pandillas que ejercían control territorial en buena parte del país, enviando a prisión a casi 69.000 presuntos pandilleros, en virtud de un régimen de excepción.
La cruzada contra las pandillas cuenta con el apoyo de nueve de cada diez salvadoreños, según encuestas, pero organizaciones de derechos humanos y la Iglesia Católica han criticado los métodos de Bukele.