Donald Trump será 'quemado' en Honduras por rechazo a la caravana de inmigrantes

Un hombre toma fotografía con su móvil a un monigote que representa al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hoy sábado 29 de diciembre de 2018 en la aldea Germania al sur de Tegucigalpa, capital de Honduras. / EFE
Efe
29 2018 - 16:00

La imagen del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, será quemada en Tegucigalpa la última noche de 2018, por su rechazo a los miles de inmigrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, que en octubre pasado intentaron entrar de manera ilegal a su país en varias caravanas.

Trump es la principal figura, representada en un monigote, que los empleados de un taller de tapicería en el extremo sur de Tegucigalpa escogieron este año para prenderle fuego durante la Nochevieja para despedir 2018 y recibir 2019 con la esperanza de que el nuevo año "traiga bienestar para los hondureños".

De la quema entre el estallido de cohetes y morteros no se escapará la corrupción, que los artesanos la han representado en un monigote con la figura del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, cuyo gobierno y otros recientes han sido salpicados por denuncias de delitos de corruptela.

"Tratamos de hacer algo bonito, a la gente le gusta la crítica sana que hacemos para ver si los gobernantes algún día deciden cambiar", dijo a Efe Gustavo Lagos, uno de los empleados del taller de tapicería que, desde hace quince años, viene elaborando monigotes para ser quemados al final del año.

Los artesanos elaboraron la imagen de Donald Trump subido en un muro en la frontera entre Estados Unidos y México, en posición de vigilante para impedir, con una pistola en su mano derecha, que los inmigrantes hondureños y de otros países de Centroamérica ingresen al país del dólar.

Otros monigotes con figuras representando a inmigrantes en caravana hacia Estados Unidos subidos en una carreta tirada por un burro, que es guiado por un hombre humilde con sombrero representando al pueblo hondureño, también será quemado en la última noche de 2018.

Lagos indicó que en la elaboración de los monigotes para ser quemados en la nochevieja de este año han participado todos los empleados de taller, unos doce, y que lo más difícil es hacer los rostros de los personajes, en este caso los de Donald Trump y Juan Orlando Hernández.

En el caso de la imagen de medio cuerpo del presidente hondureño, vestido de saco y corbata, los artesanos la elaboraron pronunciando un discurso en un foro que podría ser las Naciones Unidas.

"Señor secretario, señora presidenta, déjenme decirles a ustedes que ningún ciudadano del mundo va a emigrar de su país si su país está en paz, es próspero y tiene oportunidades, de eso estoy seguro", se lee en el "discurso" que aparece pronunciando Hernández.

En la carreta tirada por el burro los inmigrantes expresan que "Huimos de estas Honduras porque nos robaron qué?... La paz, la fe, la salud, la educación, los bosques y para qué contar más. Vamos en busca de una nueva Honduras sin corrupción".

"Siempre queremos que las cosas cambien, que la vida de nosotros los hondureños sea mejor, aquí es difícil agarrar dinero, a la gente no le ajusta el dinero que gana, por eso migra", enfatizó Lagos, primo de Luis Lagos, el propietario del taller.

Gustavo, de 30 años, indicó que, precisamente por la difícil situación económica, sigue "soltero". Añadió que por lo general los monigotes que son quemados cada año representan a figuras públicas en el poder y que siempre en el taller buscan no herir susceptibilidades, pero que si los políticos no quieren que les hagan figuras críticas, deben hacer "cosas buenas a favor del pueblo hondureño".

Los monigotes, conocidos como "Año viejo", son parte de una tradición hondureña y son elaborados en casi todas las ciudades del país para despedir el año que termina.

Las figuras son rellenadas con cohetes y morteros a los que se les prende fuego a las 00.00 hora local (12:00 GMT).

Los hondureños cierran 2018 con mucho entusiasmo navideño, aunque golpeados por una difícil situación económica del país y divididos por el presunto fraude que, según un sector de la oposición, hubo en las elecciones generales de 2017 en las que Juan Orlando Hernández fue reelegido presidente.

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