Descubren minas antipersonal en el Tapón de Darién

Colombia/Luego de un patrullaje realizado por las Fuerzas Públicas de Colombia, y el Puesto de Mando Unificado (PMU), las autoridades colombianas nacionales y regionales, alertaron sobre la presencia de minas antipersonal, cerca de las rutas que utilizan los migrantes día a día para atravesar la peligrosa selva de Darién.  

El PMU, había encontrado un par de días antes, una mina antipersonal tipo camándula que fue enterrada en un sector conocido como Polín en una zona rural llamada Acandí, Chocó, cercana a la ruta que utilizan los migrantes. En ese sentido, el procurador delegado para la defensa de los derechos humanos en Colombia Javier Sarmiento, explicó al medio colombiano El Tiempo que el dispositivo encontrado había sido desactivado y destruido por las autoridades. 

El procurador, solicitó a las autoridades competentes realizar de la manera más rápida posible operaciones conjuntas, para asegurar que la zona del tapón sea segura y que no hayan minas antipersonal en otras zonas que puedan poner en peligro a los miles de migrantes que utilizan estas rutas diariamente, con el fin de evitar más tragedias de las que ya ocurren en esta peligrosa zona. 

El problema de las minas antipersonal en Colombia

Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, en noviembre de 2016, Colombia era el segundo país en el mundo, con más número de víctimas nuevas de minas antipersonal conocida por sus siglas (MAP).

En la actualidad, Colombia ocupa el sexto lugar en el mundo de víctimas en general. 

Colombia, es el único país de América en donde grupos armados ilegales y guerrillas utilizas estas armas, a pesar de que uso se encuentra prohibido por el Derecho Internacional Humanitario.

Francisco Daza, investigador nacional de la Línea Posconflicto y Derechos Humanos de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), asegura que las minas antipersonas son elaboradas por integrantes de grupos guerrilleros con el fin de impedir la avanzada del Ejército en ciertos territorios de interés, como aquellos en donde hay cultivos de coca o en los que se desarrollan diversas economías ilegales.

Según datos de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, en Colombia hay 12,170 víctimas de minas antipersonal y municiones sin explosionar, registradas entre 1990 y 2022. De esa totalidad de víctimas, se reportaron que 4.884 son civiles y 7.286 son integrantes de la Fuerza Pública.

Desde el año 2001, Colombia es país miembro de la Convención de Ottawa que es la Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas Antipersonal y sobre su Destrucción, el fin que persigue esta convención y los estados que son miembros es terminar con el sufrimiento de las pérdidas humanas que son víctimas de este explosivo.

Anteriormente, las Fuerzas Militares de Colombia utilizaban minas antipersonal industriales, pero cuando Colombia se hizo estado miembro de la Convención Ottawa el 1 de marzo de 2001, las 30 bases militares que tenían campos minados fueron desminadas a través del desminado humanitario ocurridos en los años 2004 a 2010 según el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia.

Aumento en el cruce de migrantes

En el año 2022 se reportó que más de 150 mil migrantes habían cruzado el peligroso corredor selvático que conecta la frontera entre Colombia y Panamá. Las autoridades panameñas confirmaron que en nueve meses de 2022, superando la cifra que se reportó en 2021 que fue de 133 mil 716 inmigrantes.

La gran mayoría de estas personas tienen como objetivo principal llegar a Estados Unidos.

El tapón de Darién es considerado uno de los pasos migratorios más peligrosos de toda América, una travesía que marca la frontera entre Colombia y Panamá, con 5 mil kilómetros cuadrados de junglas, ríos y montañas escarpadas, topografía que la convierte en una de las rutas más peligrosas de América para personas refugiadas y migrantes, pueden durar semanas en cruzar. 

Nuevo modus operandi de traslado ilegal de migrantes

Otra de las situaciones que fue descubierta en la visita del Ministerio Público colombiano, fue una nueva modalidad de tráfico ilegal de migrantes utilizando lanchas rápidas que no son permitidas. 

Se conoce que el grupo que está operando esta nueva modalidad de traslado de inmigrantes, es el mayor grupo armando ilegal presente en la región, conocidos como “El clan del Golfo”.  

Un servicio tipo “élite” fue como tildó la Procuraduría de Colombia a este nuevo modus operandi de transporte ofrecido, según se conoce lo venden como un modo más fácil y rápido de cruzar de Capurganá a Carreño en Panamá. El precio del servicio ilegal es muy elevado, y la hora en la que realizados los traslados es de noche, con 7 o 10 lanchas que esquivan los controles portuarios, y resulta muy peligroso para los migrantes ya que las lanchas van a altas velocidades en ocasiones se conoce que los conductores de las mismas se tiran al mar por estar cerca de la costa, y dejan a la deriva a los migrantes sin poder llegar al lugar de destino que les prometieron por el alto precio que pagaron.