Carlos Alvarado se acerca a los partidos ante el escenario de división en Costa Rica

El presidente electo de Costa Rica, Carlos Alvarado, comenzó desde hoy su acercamiento con los partidos políticos representados en el Congreso con el fin de trabajar en un Gobierno de Unidad Nacional ante el escenario de división del país.

En su primer día como mandatario electo tras la segunda vuelta del domingo, el oficialista Alvarado se tomó el día libre para descansar en su casa, ubicada en Santa Ana, unos 10 kilómetros al oeste de la capital, después de la extensa campaña que comenzó oficialmente en octubre pasado.

La primera acción de Alvarado como presidente electo fue enviar una carta a los partidos políticos para invitarles a una reunión y trabajar en la búsqueda de un Gobierno de Unidad Nacional y una agenda conjunta de temas, una de sus promesas de campaña.

"El pueblo costarricense me ha encomendado la responsabilidad de asumir la Presidencia de la República. Lo ha hecho con el mandato claro de conformar, en el bicentenario de nuestra independencia, un Gobierno de Unidad Nacional que convoque a las diferentes fuerzas políticas en torno a una agenda común por el desarrollo y bienestar del país", dijo el mandatario electo en la misiva.

Este asunto es vital para el éxito de Alvarado, pues gobernará con un Congreso dividido en siete fuerzas políticas, de las cuales ninguna cuenta con una mayoría importante.

Su Partido Acción Ciudadana apenas consiguió 10 diputados de los 57 que integran el Legislativo, la tercera fracción más grande después de la del socialdemócrata Partido Liberación Nacional que tiene 17, y la del evangélico conservador Restauración Nacional (14).

Posteriormente aparecen el Partido Unidad Social Cristiana con 9; Integración Nacional (4), el Republicano Socialcristiano (2) y el izquierdista Frente Amplio (1).

Los diputados fueron elegidos en la primera ronda del pasado 4 de febrero y esta división en el Congreso se viene observando desde hace tres elecciones atrás.

En una breve declaración dada este lunes a los medios, Carlos Alvarado reiteró su "orgullo de ser costarricense" tras el proceso electoral y el respeto a los resultados, y pidió paciencia para la conformación de su gabinete, ya que desea que participen varios partidos.

"Tenemos una gran necesidad de dialogar y construir puentes, me lleno de esperanza por el futuro y hay que trabajar duro porque Costa Rica lo necesita", aseguró.

Los principales retos en los que Alvarado desea trabajar como prioridad está el déficit fiscal que en el 2017 cerró en el 6,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mejorar la seguridad, una reforma educativa, y obras de infraestructura como la ampliación de una carretera al Pacífico y un tren eléctrico urbano.

Carlos Alvarado, un periodista, escritor, músico y politólogo, será el presidente del bicentenario de la independencia de Costa Rica, que se celebra en el año 2021.

Alvarado comenzará a gobernar el próximo 8 de mayo por un periodo de cuatro años y afirmó en la misiva enviada a los partidos políticos que tendrá "la mejor de las voluntades para construir puentes y toda la disposición al diálogo y la escucha".

La idea de un Gobierno de Unidad Nacional la planteó Alvarado durante la campaña hacia la segunda vuelta al firmar un compromiso con el excandidato del Partido Unidad Social Cristiana, Rodolfo Piza, quien le dio la adhesión.

Figuras y exministros de otros partidos políticos también dieron su apoyo a Alvarado previo a la segunda vuelta.

El sector empresarial del país felicitó este lunes al presidente electo y le ofreció su apoyo para llevar adelante proyectos que reactiven la economía, y reduzcan la pobreza, el desempleo y la informalidad.

"Es necesario materializar diversos proyectos que se requieren para poner a producir a Costa Rica, pues no hay tiempo para seguir postergando decisiones", manifestó en un comunicado el presidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), Franco Pacheco.

Entre los planteamientos de los empresarios sobresalen la reducción del gasto estatal mediante una reforma al sistema de empleo público y otras iniciativas para controlar los gastos y reducir el déficit fiscal.

El presidente electo ha pedido al Congreso aprobar una reforma tributaria que, entre otras cosas, convierta el impuesto de ventas del 13 por ciento en uno de valor agregado, además de establecer la renta de capital y reducir pluses salariales del sector público.