Reyes de España abren celebraciones por 500 años de La Habana
La Habana cumple 500 años y los reyes de España son los primeros en llegar a la fiesta, en una semana de intensas celebraciones, que se desarrollarán sin embargo en el momento de mayor tensión entre Cuba y Estados Unidos.
Cubierta por un manto de antigüedad que seduce y atrae a visitantes, la capital de Cuba inició hace varios años una ardua tarea de restauración de su patrimonio, entre ellos un Capitolio de cúpula dorada, para festejar a lo grande su aniversario el 16 de noviembre.
Esta es la primera visita de Estado de la monarquía española a la isla, una de las últimas colonias de América Latina, que se separó de España en 1898.
El rey Felipe VI y su esposa, la reina Letizia, junto al canciller Josep Borrell, dejarán Cuba el 14 de noviembre, antes de la fecha central, cuando se prevé que asistan los gobernantes aliados de la isla y otras personalidades.
"Es verdad que no va con la fecha de la celebración, pero es un motivo muy claro, con el deseo del gobierno de evitar un contacto incómodo con Daniel Ortega (Nicaragua) y Nicolás Maduro (Venezuela)", cercanos a Cuba, que asistirían a los festejos, dijo a la AFP el académico Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano, de Madrid.
¿Señal a Trump?
La fiesta en la capital de Cuba llega en momentos en que el presidente Donald Trump arrecia el bloqueo que mantiene Estados Unidos desde 1962 con más de 180 medidas.
Entre ellas está la activación del título III de la ley Helms-Burton, que coloca bajo riesgo de demanda a las inversiones extranjeras en la isla, muchas de ellas españolas. Madrid se ha opuesto firmemente a esa norma.
España es el tercer socio comercial de Cuba, con 1.390 millones de dólares de intercambio en 2018, solo detrás de China y Venezuela.
Es también el primer inversor extranjero en la isla, y Felipe VI tratará de apuntalar esa posición privilegiada frente a Estados Unidos, según analistas.
Es un "claro mensaje a la Casa Blanca en una visita largamente pospuesta", dijo el académico cubano Arturo López-Levy, de Holy Names University.
Pero la visita real, que se produce justo después de las elecciones generales en España el domingo, también causó revuelo en el país, donde los líderes de varios partidos de derecha han criticado el viaje.
Para Malamud, "es importante señalar que no se trata de una iniciativa que pueda tomar el gobierno socialista de Pedro Sánchez, sino que se comenzó a fraguar bajo el gobierno del partido Popular de Mariano Rajoy" (derecha).
Sánchez viajó a La Habana en noviembre de 2018, en la primera visita oficial de un jefe de gobierno español en 32 años, y se congració por haber "roto el hielo" entre los países.
La celebración, con música, baile y espectáculos, incluye en la víspera darle tres vueltas a la simbólica ceiba, a cuya sombra se celebró la primera misa y el primer cabildo en La Habana en 1519. Al pie de este árbol se pide un deseo.
Aunque el rey no estará allí, la primera visita de Estado de un monarca español a Cuba busca marcar "la normalidad de las relaciones", según Malamud.
Eso implica que no habrá encuentros con la oposición cubana, como tampoco lo habían hecho Juan Carlos I y Sofía cuando estuvieron en La Habana en 1997 para una Cumbre Iberoamericana.
La embajadora cubana ante la Unión Europea (UE), Norma Goicochea, consideró la visita "muy positiva".
"Ha habido momentos de tensión en las relaciones, pero nosotros pensamos que ambos estados han puesto de su parte para que esa tensión sencillamente haya pasado", dijo la diplomática, aludiendo a roces durante el gobierno de José María Aznar (1996-2004).
Homenaje
Tras la guerra de independencia de Cuba (1895-98), en la cual los norteamericanos apoyaron a los rebeldes cubanos, España perdió sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam.
En su visita, los reyes viajarán a Santiago de Cuba (sudeste), para homenajear a las fuerzas españolas derrotadas a fines del siglo XIX.
En España hay quienes aún lamentan aquello, pero hay una frase de consuelo: "Más se perdió en Cuba", dicen algunos, en alusión a que aquel conflicto "supuso el final del imperio español y el final de una forma de presencia española en Cuba, que luego se cambió por otra", dice Malamud.
Alrededor de un millón de españoles emigró a Cuba en las tres primeras décadas del siglo XX, entre ellos Ángel Castro, padre de Fidel y Raúl, líderes de la revolución socialista.
Según la embajada de España, la comunidad española en Cuba está formada por unas 150.000 personas, de las cuales más de 100.000 obtuvieron la nacionalidad del país europeo por la llamada Ley de Memoria Histórica.