Al menos 13 muertos en Pakistán en atentado contra un tribunal
Al menos 13 personas perdieron la vida este viernes por la mañana en un atentado suicida en un tribunal del noroeste de Pakistán, y un guardia murió cuando cuatro kamikazes se disponían a atacar un barrio cristiano de Peshawar.
Además de las víctimas mortales, 38 personas resultaron heridas en este nuevo ataque contra la justicia paquistaní, en un tribunal de la ciudad de Mardan, según informó un oficial de la policía.
Según esta fuente, entre las víctimas figuran tres policías y cuatro abogados. El portavoz de los servicios de socorro de Mardan divulgó un balance por su lado de 12 muertos y 54 heridos.
El atacante arrojó granadas antes de detonar su cinturón de explosivos en medio de la multitud, dijo a la AFP otro funcionario policial, Ejaz Khan.
Este ataque, que no ha sido reivindicado por el momento, ocurre tres semanas después de un atentado suicida contra abogados en Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, en el suroeste del país.
Los abogados y los jueces suelen ser blanco de frecuentes ataques en Pakistán, un país que sufre una insurgencia yihadista.
Oficinas ensangrentadas
Los equipos de socorro trataban de operar en medio de restos humanos y oficinas devastadas y ensangrentadas, según indicaron testigos.
"Hay polvo por todas partes, y la gente grita de dolor" relata Amir Hussain, presidente del Colegio de abogados de Mardan, que se hallaba en una oficina vecina al lugar de la explosión.
Con el traje cubierto de sangre, contó haber "recogido a heridos para colocarlos en coches hacia el hospital". "No sabía si los que llevábamos estaban muertos o vivos".
Los abogados son atacados ya que "son un elemento importante de la democracia y estos terroristas se oponen a la democracia" explicó.
Por otro lado, a 60 km de Mardan, otro ataque se produjo al alba en un barrio cristiano de la periferia de Peshawar, donde los cuatro kamikazes armados y un guardia que vigilaban la zona resultaron muertos, según el ejército.
Los militares, apoyados por helicópteros, intercambiaron disparos con los asaltantes que atacaron este barrio, cercano a la presa de Warsak, justo al norte de Peshawar, capital provincial del Khyber Pakhtunkhwa.
Una facción de los talibanes paquistaníes, Jamaat-ul-Ahrar (JuA), reivindicó el ataque en un mensaje, afirmando que los kamikazes habían matado a numerosos "infieles". Los talibanes suelen exagerar sus balances.
Esta facción del movimiento talibán paquistaní (TTP) también reivindicó los dos ataques más sangrientos de 2016: un atentado suicida contra cristianos en Lahore (centro) que causó 75 muertos el fin de semana de Pascua, y el que se produjo contra abogados en Quetta (sudoeste) que se saldó el 8 de agosto con 73 muertos.
Las discriminaciones y la violencia afectan a diario a las minorías en Pakistán, república islámica en la que más del 90% de la población es musulmana.
El ejército mantiene desde junio de 2014 una operación para desmantelar las bases de la miríada de grupos islamistas armados que operaban hasta entonces de forma impune, en especial en las zonas tribales del noroeste del país, fronterizas con Afganistán.