Gobierno birmano a la sombra se alía con grupo étnico rebelde para enfrentar a militares
Un gobierno a la sombra en Birmania, cuyo objetivo es revertir el golpe de Estado del 1 de febrero, juntó fuerzas con un grupo rebelde para "demoler" al régimen de la junta militar, informó este sábado.
Birmania se encuentra en medio de una gran crisis política desde que el ejército derrocó a Aung San Suu Kyi y su gobierno de la Liga Nacional para la Democracia, y lanzó una violenta represión contra todo tipo de disidencia.
Un grupo de parlamentarios destituidos creó luego un "Gobierno de Unidad Nacional (GUN)" a la sombra, que intenta unificar a todos los disidentes antigolpistas junto con una miríada de combatientes insurgentes de diferentes grupos étnicos birmanos, para formar entre todos un ejército federal que combata a la junta.
Este sábado, el rebelde Frente Nacional Chin (FNC) rubricó un acuerdo para "demoler a la dictadura e instaurar un sistema democrático federal" en Birmania, señaló en un comunicado el GUN.
Han prometido "un reconocimiento recíproco" y "asociarse en términos de igualdad", añadió el comunicado, sin brindar más detalles.
No fue posible contactar de inmediato con un vocero del FNC para que comentara la noticia. Este grupo, que representa a la minoría Chin, sobre todo cristiana, que habita en el oeste birmano, había firmado un acuerdo de cese el fuego con el ejército en 2015, también conocido como Tatmadaw.
En estos últimos años, su número de combatientes se ha reducido.
"El FNC no tiene una real fuerza militar, por lo que es simbólico", indicó a la AFP Richard Horsey, principal especialista sobre Birmania del International Crisis Group.
"Pero, no obstante, (es) es significativo, puesto que el FNC ha sido prominente en el proceso de paz, por sus líderes políticos en el exilio, que son muy respetados", añadió.
Varios grupos armados insurgentes birmanos han condenado al golpe militar y el uso brutal de la violencia contra civiles desarmados.
Algunos también dan refugio e incluso formación militar a los disidentes que huyen hacia sus territorios.
Pero los más de 20 grupos étnicos durante mucho tiempo han desconfiado de la mayoría Bamar, incluyendo a los legisladores adeptos al gobierno de Suu Kyi.