Embajador birmano en la ONU denuncia a los militares tras otra jornada de protestas

Protestas en Birmania. / AFP
Afp
26 2021 - 17:48

Rangún/El embajador de Birmania ante la ONU, Kyaw Moe Tun, expresó el viernes una rotunda oposición a los militares y exigió "el fin del golpe", después que este país del sudeste asiático viviera otra jornada de tensas protestas.

"Necesitamos la acción más enérgica posible de la comunidad internacional para poner fin inmediatamente al golpe militar", dijo con la voz temblorosa ante la Asamblea General, en una sesión especial sobre Birmania.

"Mostraremos a los militares (birmanos) que sus acciones tendrán consecuencias", afirmó, por su lado, la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Linda Thomas-Greenfield.

Estas críticas coincidieron con la intervención de las fuerzas de seguridad birmanas que dispersaron el viernes en Rangún a centenares de manifestantes que exigían el retorno de la democracia y la liberación de Aung San Suu Kyi.

Birmania sigue inmersa en una ola de protestas, con manifestaciones que sacaron a centenares de miles de personas a la calle, desde que el 1 de febrero los militares tomaron el poder por la fuerza.

La policía lanza piedras

La policía y el ejército han intervenido con dureza en algunas localidades, pero en Rangún, la capital económica, hasta ahora habían logrado dispersar las protestas con importantes despliegues, sin un uso excesivo de la fuerza.

Sin embargo, este viernes, los agentes antidisturbios fueron al contacto de manifestantes, aunque la mayoría de ellos estaban sentados en el suelo y hacían proclamas a favor de la democracia.

Según medios oficiales, más de 31 personas fueron detenidas en Rangún, entre ellas un periodista independiente japonés que "fue golpeado en la cabeza con una porra, pero llevaba un casco", dijo el asistente del reportero en Facebook.

Los manifestantes levantaron barricadas con mesas y alambres de espinos para obstaculizar la intervención policial.

"¡El fracaso de la dictadura es nuestra causa, nuestra causa!", gritaban los manifestantes.

También hubo protestas en Mandalay, la segunda ciudad con más habitantes del país.

Miles de personas se concentraron en el centro de esta localidad, muchas de ellas vestidas de blanco y con mascarillas y sombreros rojos, el color de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido de Aung San Suu Kyi.

Al final de la manifestación, la policía utilizó hondas para lanzar piedras a los manifestantes. Cinco de ellos resultaron heridos, uno de gravedad, indicó el médico Thet Htay.

Según la televisión pública, 39 personas fueron detenidas en Mandalay y 25 en Naipyidó, la capital.

"Revertir esa inadmisible situación"

En Rangún, el ambiente es muy tenso desde el jueves, cuando se autorizó una concentración promilitar en una zona del centro de la ciudad que, en general, está vetada a las manifestaciones.

El número de muertos desde el golpe de Estado ya se eleva a cinco y son 720 los detenidos (sin contar el centenar del viernes), según un asociación de ayuda a los presos políticos.

Según el diario estatal Mirror Daily, las fuerzas de seguridad utilizaron granadas de dispersión y dispararon balas reales al aire para dispersar las protestas.

La enviada de la ONU a Birmania, Christine Schraner Burgener, condenó "enérgicamente" las recientes acciones de la junta militar, incluyendo su "inaceptable" uso de la fuerza letal, ante la Asamblea General de la ONU.

"No hay justificación para las acciones de los militares y debemos seguir llamando a revertir esa inadmisible situación, agotando todos los canales bilaterales y multilaterales para volver a encaminar a Birmania en el sendero de la democracia", dijo el viernes la enviada de la ONU a Birmania ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en una videoconferencia.

La Unión Europea y Estados Unidos ya habían aumentado la presión sobre la junta con el anuncio a principios de esta semana de nuevas sanciones económicas contra líderes del gobierno militar.

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