China busca 'mejora continua' en sus relaciones con el Vaticano
China afirmó el jueves que busca "mejoras continuas" en sus relaciones con el Vaticano, luego de que la iglesia anunciara la ordenación de su tercer obispo chino en una semana.
Pietro Wu Yishun, de 59 años, fue ordenado obispo de la ciudad de Shaowu, en la provincia sudoriental de Fujian, anunció el Vaticano el miércoles.
Fue nombrado por el papa Francisco bajo un acuerdo histórico y secreto de 2018 que permite a ambas partes participar en la designación de obispos en el país comunista.
China y el Vaticano no tienen relaciones diplomáticas debido a que la Santa Sede es uno de los pocos estados que reconocen a Taiwán, en detrimento de Pekín.
China considera a Taiwán parte de su territorio y no acepta mantener relaciones con países que reconocen a Taipéi.
Los otros dos obispos fueron ordenados esta semana con aprobación del Vaticano en Zhengzhou, en la provincia central de Henan, y en la nueva diócesis de Weifang.
Consultado sobre las ordenaciones, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo que "China y el Vaticano han mantenido comunicaciones los últimos años".
"El acuerdo provisional de nombramiento de obispos firmado por ambas partes ha sido bien aplicado", dijo a periodistas el portavoz Wang Wenbin.
"China está dispuesta a buscar una mejora continua de las relaciones bilaterales con el Vaticano en el espíritu del respeto mutuo y el diálogo equitativo", agregó.
La reciente designación de obispos indica un acercamiento entre Pekín y la Santa Sede sobre el tema sensible de la ordenación de obispos.
El Vaticano lamentó en 2022 y 2023 el nombramiento unilateral de dos obispos por parte de Pekín, uno de ellos en Shanghái, la mayor diócesis católica del país, acusando indirectamente a China de violar el acuerdo de 2018.
El acuerdo, renovado en 2020 y 2022, fue creado para acercar a los católicos atrapados entre la iglesia oficial apoyada por el Estado chino, y un movimiento clandestino leal a Roma y al pontífice como líder supremo del catolicismo.
También prevé mayor cooperación entre el Vaticano y Pekín, al tiempo que otorga al papa la decisión final en el nombramiento de obispos en China.