Calles vacías y comercios cerrados en Birmania en protesta por aniversario del golpe de Estado
Crisis en Brimania
Rangún, Birmania/Las calles de Birmania se vaciaron y los comercios cerraron este miércoles en una protesta para conmemorar el segundo aniversario del golpe que depuso el gobierno de Aung San Suu Kyi, en medio de la tensión después de que la junta militar insinuó que podría aplazar las elecciones.
Birmania está sumida en una grave crisis desde el golpe de Estado y la sangrienta represión de los militares contra los opositores, que ha desatado violencia en varias zonas del país y ha colapsado la economía.
Con motivo de la conmemoración Estados Unidos, Canadá y Reino Unido anunciaron nuevas sanciones contra los generales en el gobierno, pero este tipo de medidas han tenido poco efecto en los militares.
En Rangún - que es el principal centro comercial del país - las calles se vaciaron desde la mañana, constató un corresponsal de la AFP, después de que activistas contra el gobierno llamaran a cerrar los negocios y permanecer en sus casas entre las 10H00 y las 16H00 hora local (03H30-0H930 GMT).
Las calles que llevan a la famosa pagoda de Shwedagon - un santuario budista que domina el paisaje de la ciudad y que atrae a muchos peregrinos - estaban casi desiertas.
La mayoría de los autobuses urbanos estaban vacíos y la policía desplegó un fuerte contingente de seguridad.
La segunda ciudad del país, Mandalay, también adhirió a la protesta, dijo un residente a la AFP.
"Había poca gente caminando en las calles en los barrios, pero casi ninguna actividad en las calles principales", dijo la fuente que pidió no ser identificada.
Los medios locales también mostraron las calles varías en la ciudad de Mawlamyine, en el este.
Cerca de 200 partidarios de los militares marcharon por el distrito histórico de Rangún a principios de la tarde, escoltados por soldados.
La embajada estadounidense advirtió de "creciente actividad antigobierno y violencia" en los días cercanos al aniversario.
En Bangkok, cerca de 400 manifestantes protestaron fuera de la embajada de Birmania en la capital tailandesa coreando consignas contra los militares y mostrando retratos de Suu Kyi.
"Agitación y la violencia"
Los militares justificaron el golpe del 1 de febrero de 2021 afirmando, sin aportar pruebas, que hubo fraude en las elecciones que el partido de Suu Kyi ganó con contundencia.
La junta impuso el estado de emergencia que debía estar en vigor hasta enero, ya que después de esta fecha la constitución obliga a las autoridades a poner en marcha un proceso electoral.
Pero el martes, el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, controlado por la junta, se reunió para discutir la situación y concluyó que el país "aún no ha vuelto la normalidad".
El consejo denunció que opositores a la junta, como las "Fuerzas Populares de Defensa" y un gobierno a la sombra dominado por legisladores de la Liga Nacional por la Democracia (LND) de Suu Kyi han intentado tomar "el poder estatal mediante la agitación y la violencia".
El miércoles "se hará un anuncio", indicó el consejo sin dar detalles.
"Lo perdimos todo"
Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido anunciaron una nueva ronda de sanciones, contra miembros del gobierno y otras entidades.
Reino Unido, expotencia colonial de Birmania, dirigió sus sanciones contra, entre otros, empresas que abastecen de combustible a los militares y les permiten realizar su "campaña de ataques aéreos en un intento de permanecer en el poder".
Las sanciones estadounidenses también golpearon a la comisión electoral nombrada por la junta, que la semana pasada dio a los partidos dos meses para registrarse, en un indicio que los militares preparan elecciones.
Pero la resistencia armada que se ha gestado en varias zonas del país, puede mermar la participación, según los expertos que afirman que muchas personas probablemente no voten y se arriesgan a represalias si lo hacen.
Más de 2,900 personas han muerto en la represión militar contra los disidentes y más de 18,000 han sido detenidos.
La junta concluyó recientemente una serie de juicios a puerta cerrada contra Suu Kyi, sentenciada a un total de 33 años, en un proceso que grupos de derechos humanos calificaron como una farsa.
Thet Naung, un activista en la región de Sagaing, en el norte del país, donde los militares y opositores se enfrentan habitualmente dijo a la AFP que su principal deseo es para 2023 es "libertad y poder volver a casa".
"Hemos sufrido dificultades. Lo que queremos es ser felices y vivir libres, pero lo perdimos todo. Hemos pasado la mayor parte de nuestro tiempo en la jungla y lejos de las ciudades", contó.