Alerta y tensión en Turquía tras el atentado suicida yihadista de Estambul
El atentado suicida del sábado, atribuido a un joven yihadista, no sólo ha dejó cinco muertos y una treintena de heridos en Estambul, sino también ha causado nerviosismo y alertas y ha motivado el aplazamiento de un esperado partido de fútbol, el derbi Galatasaray-Fenerbahçe.
La identidad del suicida, Mehmet Öztürk, de 24 años, fue confirmada al mediodía por el ministro de Interior turco, Efkan Ala, que también corroboró los vínculos del joven con las redes del Estado Islámico (Daesh) en Turquía.
Öztürk, oriundo de la ciudad de Gaziantep en el sureste del país, no tenía antecedentes policiales ni se hallaba en búsqueda y captura, especificó el ministro, agregando que cinco personas fueron detenidas en relación con el ataque.
La prensa asegura que en el ámbito familiar de Öztürk se hallan nombres relacionados con las redes yihadistas turcas y que varios de los detenidos son sus familiares directos.
Öztürk se hizo detonar en la mañana del sábado en la céntrica calle Istiklal de Estambul, junto a un grupo de turistas israelíes, de los que tres murieron y otros once quedaron heridos.
También murió un ciudadano iraní, mientras que de los inicialmente 36 heridos, el domingo aún se hallaban 12 en tratamiento, cuatro de ellas en cuidados intensivos.
La esquina entre la calle Istiklal y la calle Balo, donde se inmoló el suicida, se ha convertido en un improvisado altar donde los transeúntes dejan flores, banderas turcas o carteles con frases de condolencia.
Es el segundo atentado del Dáesh en Estambul este año, después de que un yihadista se hiciera detonar, el 12 de enero, junto a un grupo de turistas alemanes ante la Mezquita Azul, matando a diez.
El atentado ha dejado una sombría atmósfera en Estambul, agravada por el aplazamiento del partido Galatasaray-Fenerbahçe, el esperado derbi de la primera Divisón turca, por "motivos de seguridad".
El partido, que se iba a jugar hoy a las 18.00 h gmt en el estadio del Galatasaray en Estambul, fue suspendido al evaluar las autoridades "informaciones muy serias de los servicios secretos", según un comunicado de la oficina del gobernador de Estambul.
El diario Hürriyet asegura que en primer lugar, el Ministerio de Interior y el de Deportes comunicaron a los clubes que por "un gran número de avisos de bomba", el partido debería jugarse sin espectadores, propuesta ante la que el Galatasaray exigió aplazar el partido a otro día.
También hay tensión en varias zonas de Turquía por la festividad kurda del Newroz, que se celebra mañana, día del equinoccio de primavera, y que a menudo desemboca en protestas de militantes de la izquierda kurda contra las autoridades.
Interior ha movilizado 120.000 policías y 80.000 gendarmes con este motivo, anunció el ministro Efkan Ala hoy, recordando que además hay toque de queda en siete ciudades del sureste, donde Ejército y gendarmería luchan contra una guerrilla urbana kurda.
A pesar de que el atentado del sábado se atribuye a las mismas redes yihadistas que el de enero pasado y las masacres de Ankara en octubre y Suruç en julio, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cargó hoy las tintas contra la guerrilla kurda, que describió como "igual de terrorista" que el Dáesh.
Erdogan criticó duramente que Bélgica hubiera permitido a grupos cercanos al Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla marxista kurda, colocar una carpa de protesta en Bruselas.
El mandatario lamentó que este tipo de protestas se justificasen con la "libertad de expresión" y acusó a las autoridades europeas de no preocuparse por lo que sucede en Ankara y Estambul.
El domingo pasado, un atentado suicida con coche bomba contra civiles dejó 37 muertos en el centro de Ankara, y fue reivindicado por los Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK), un grupúsculo radical que se considera escindido del PKK.
Desde octubre, Turquía ha sufrido cinco atentados de gran escala, tres atribuidos al Dáesh y dos al TAK.