Generales beligerantes acuerdan corredores humanitarios en Sudán pero no una tregua
La capital de Sudán vivió de nuevo este viernes explosiones y ataques aéreos, horas después de que las dos partes beligerantes firmaran en Arabia Saudita un acuerdo para abrir corredores humanitarios.
Desde hace cuatro semanas, el país africano es escenario de una lucha abierta entre el jefe del ejército regular, el general Abdel Fattah al Burhan, y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) del general Mohamed Hamdan Daglo.
Los combates causaron más de 750 muertos y 5.000 heridos, y obligaron a salir del país a más de 200.000 personas, según indicó la ONU este viernes.
Los emisarios de los dos generales en lucha por el poder firmaron la noche del jueves en la ciudad saudita de Yeda una "declaración de compromiso" de cuatro páginas que no habla de tregua.
Al cabo de seis días de negociaciones auspiciadas por Arabia Saudita y Estados Unidos, los emisarios de ambos generales cerraron la "declaración de Yeda para la protección de los civiles en Sudán", que debe permitir la salida de estos de las zonas de combate.
Las negociaciones continuarán para alcanzar una nueva tregua temporal, que permita el envío de ayuda humanitaria. Dicha tregua podría durar hasta diez días, según el Departamento de Estado norteamericano.
Un testigo que se encontraba en el sur de Jartum dijo haber visto este viernes varios cazas, y escuchó ruido de explosiones y combates.
Otro testigo, en el norte de la capital de cinco millones de habitantes, afirmó haber oído ataques aéreos y disparos de baterías antiaéreas.
En Darfur, una gran región del oeste de Sudán fronteriza con Chad, varios testigos dieron parte de disparos de artillería en la ciudad de El Geneina.
La situación es especialmente sensible en Darfur, devastado en los años 2000 por una sangrienta guerra civil.
Según la ONU, 450 personas murieron en El Geneina en los recientes combates en los que participan, además del ejército regular y los paramilitares, civiles armados y combatientes tribales o de grupos armados locales.
OMS pide garantías de seguridad
Desde que comenzaron los combates el 15 de abril, los dos bandos se acusan mutuamente de matar civiles.
El ejército dice que las FAR utilizan a la población de Jartum como "escudo humano", mientras los paramilitares denuncian ataques aéreos del ejército sobre la capital.
Ambas partes acordaron abrir concretamente "pasos seguros para que los civiles puedan abandonar las zonas de combate en la dirección que elijan".
También se comprometieron a "permitir y facilitar rápidamente el paso de ayuda humanitaria", así como "el paso de los trabajadores humanitarios hacia y dentro del país".
Al menos 18 trabajadores humanitarios han muerto al intentar ayudar a la población civil.
Desde hace cuatro semanas, millones de sudaneses, en particular en Jartum, están atrincherados en su casas, sobreviviendo a un calor asfixiante sin agua corriente ni electricidad.
La comida, el dinero y el carburante escasean, y la ONU ha avisado del peligro del hambre, una lacra en Sudán, que es uno de los países más pobres del planeta.
"La Organización Mundial de la Salud está dispuesta a enviar 110 toneladas de material médico de emergencia desde Port Sudan", una ciudad del mar Rojo, en el este del país, hacia otros destinos, pero para ello necesita garantías de seguridad, indicó el jueves un portavoz de la ONU horas antes del acuerdo sobre las reglas humanitarias.
Estados Unidos espera que el acuerdo de Yeda cree una "dinámica" que permita entregar la ayuda humanitaria, según un explicó una alta funcionaria, reconociendo que las partes beligerantes aún no han llegado a ese escenario.