Eritrea y Etiopía anuncian que terminó estado de guerra entre ambos países
Eritrea y Etiopía firmaron este lunes en Asmara una declaración conjunta que estipula que los dos países ya no están en guerra, al día siguiente de una histórica cumbre de sus jefes de Estado en la que se anunció el restablecimiento de relaciones.
El texto, firmado por el presidente de Eritrea, Issaias Afeworki, y el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, declara que el "estado de guerra que existía entre los dos países llegó a su fin", lo que pone término a una situación que prevalecía desde hace casi 20 años.
"Se inicia una nueva era de paz y de amistad", indicó el ministro de Información eritreo, Yemane Gebremeskel, en su cuenta Twitter.
"Los dos países obrarán para promover una estrecha cooperación en los sectores político, económico, social, cultural y de seguridad", agregó.
El documento confirma que se reanudan el comercio, los transportes y las telecomunicaciones, que se restablecen las relaciones diplomáticas y la implementación del acuerdo de paz de 2000 firmado en Argel.
Las imágenes de la ceremonia mostraron a Issaias y Abiy alrededor de un escritorio, con las banderas de los dos países como telón de fondo. Poco después de la firma de la declaración, Abiy partió de Eritrea para regresar a Adís Abeba tras una estadía de dos días.
En este primer encuentro en 20 años entre los dos más altos dirigentes eritreo y etíope, la delegación se Etiopía recibió una calurosa bienvenida en las calles de Asmara.
"Nos pusimos de acuerdo para reanudar el tráfico aéreo y marítimo, para la circulación de las personas entre nuestros dos países y la reapertura de embajadas", había declarado el domingo por la noche Abiy Ahmed en una cena en su honor.
"Derribaremos el muro y, con amor, construiremos un puente entre nuestros dos países", había agregado, lírico, el joven primer ministro de 42 años.
La cumbre del domingo se organizó luego del anuncio, hace un mes, de Abiy que expresó la voluntad de Etiopía de ceder a Eritrea un territorio fronterizo disputado que sigue ocupando a pesar de un fallo contrario de una comisión independiente internacional de 2002 respaldada por la ONU.
El rechazo de Etiopía a ceder este territorio bloqueaba las relaciones bilaterales, a pesar de que los dos países pusieran fin a las hostilidades luego de la guerra que los opuso entre 1998 y 2000 y que dejó 80.000 muertos.
Eritrea era una "entidad autónoma" federada de Etiopía, que fue anexada en 1962 por el emperador etíope Haile Selassie I. Luego de casi 30 años de guerra contra el poder central, Eritrea expulsó en 1991 a las tropas etíopes y declaró su independencia en 1993.
Pero los dos países no lograron alcanzar un acuerdo para delimitar las fronteras, por lo que estalló una guerra en 1998.
En abril de este año, Abiy llegó al poder en Adís Abeba, lo que allanó el camino para normalizar las relaciones.
Abiy lanzó reformas sin precedentes en el segundo país más poblado de Africa. Entre los cambios que impulsó está el anuncio a principios de junio de su intención de aplicar el acuerdo de paz de Argel de 2000, firmado con Eritrea, y las conclusiones de la comisión internacional sobre los límites fronterizos.
Acceso al mar
La zona en disputa incluye la ciudad de Badme, cuya soberanía fue otorgada a Eritrea en 2002. Las tropas etíopes debían retirarse de la zona. Los últimos combates en esa región se registraron hace dos años.
La ocupación de esta ciudad por Etiopía y la necesidad de defenderse de su vecino son desde hace años los argumentos utilizados por el presidente Issaias, en el poder desde 1993, para justificar un régimen considerado como entre los más represivos del mundo.
La independencia de Eritrea quitó a Etiopía todo acceso al mar y la obligó a apoyarse casi exclusivamente en Yibutí para su comercio marítimo.
El acceso de Etiopía, segundo país más poblado de Africa, a los puertos eritreos estimulará la economía de los dos países, amenazando al paso la hegemonía de Yibutí.
La libertad de movimiento de ambos lados de la frontera permitirá que estos dos pueblos, con una misma historia, lengua y etnia comunes, vuelvan a unirse.