La crisis energética en Sudáfrica no perdona ni a los muertos
Johannesburgo, Sudáfrica/En Sudáfrica las familias suelen velar a sus muertos durante una semana o más. Pero ahora, con los cortes de electricidad impuestos en el país, la conservación de los cuerpos se ha vuelto un dolor de cabeza y las funerarias buscan enterrar a los fallecidos lo más rápido posible.
"Vemos muchos cuerpos podridos", lamentó esta semana en un comunicado la South African Funeral Practitioners Association (SAFPA), representante del sector.
En la primera potencia industrial africana, la crisis energética se ha agravado desde el año pasado y los ciudadanos deben soportar cortes de luz programados, a veces de hasta 11 horas por día.
La empresa pública Eskom, que produce el 90% de la electricidad en Sudáfrica, está fuertemente endeudada tras años de mala gestión y sus instalaciones están vetustas.
Para las funerarias estos apagones suponen la caída de los sistemas de refrigeración de los cadáveres.
Ante esto, el sector recomienda enterrar a los muertos en un plazo de máximo cuatro días. También para reducir costes, ya que los hogares y las empresas que pueden permitírselo funcionan con generadores diésel, en un contexto general de inflación y encarecimiento del combustible.
Grace Matila, responsable de una funeraria de Johannesburgo, dice a la AFP que tiene dificultades para hacer frente a los costes adicionales y que está considerando la posibilidad de aumentar sus precios.
Los repetidos cortes de electricidad también pueden dañar las máquinas. "Por suerte, tenía un compresor de reserva para mi cámara frigorífica", señala Matila.
"Efecto dominó"
"Un colega tuvo que cerrar su negocio porque las autoridades encontraron un cadáver en descomposición", cuenta Mike Nqakula, dueño de una funeraria en la pequeña ciudad de Uitenhage, en el sur del país. "Los generadores no son baratos", añade.
Además de los problemas logísticos, el sector se enfrenta a retrasos en el registro de defunciones y la obtención de permisos de inhumación, ya que los servicios que entregan los certificados no pueden emitir los documentos sin electricidad.
En algunas zonas remotas "pueden pasar varias horas antes de que se pueda localizar una ambulancia y que llegue para declarar formalmente el deceso", y organizar el traslado del cadáver, lamenta Dududu Magano, portavoz de SAFPA. Las redes telefónicas también sufren interrupciones debido a los cortes de electricidad.
"Un efecto dominó", suspira.
El reciente anuncio de una subida de las tarifas para llenar las arcas de Eskom ha provocado la indignación de los ciudadanos. Varios miles de sudafricanos manifestaron esta semana en Johannesburgo y Ciudad del Cabo convocados por el primer partido de la oposición (DA, Alianza Democrática).
El presidente Cyril Ramaphosa se mostró contrario al aumento. El mandatario reconoció que la crisis está "causando estragos en las empresas", pero dijo que "no puede resolverse de la noche a la mañana".
Sudáfrica sigue obteniendo el 80% de su electricidad del carbón, lo que provoca una grave contaminación, denunciada por los ecologistas.
En la COP27 del año pasado en Egipto se aprobó un paquete de 98.000 millones de dólares para la transición energética de la potencia africana.