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Abusos sexuales en la Iglesia, el estigma que persigue al Papa en sus giras

El papa Francisco / EFE
Afp
11 2018 - 17:39

La intervención del Vaticano a la congregación laica peruana Sodalicio de Vida Cristiana y las denuncias de abuso sexual por religiosos en Chile preceden la llegada del papa Francisco a estos países, donde encontrará a una Iglesia mancillada por su permisividad con los sacerdotes pederastas.

La designación de un comisario apostólico en el Sodalicio busca acallar las recriminaciones que las víctimas hacen al Vaticano, al que cuestionan que siga protegiendo al fundador de esa congregación, el laico Luis Fernando Figari.

Pero "la medida puede reflejar un doble discurso del Vaticano", debido a que no expulsa a Figari, dice a la AFP el periodista de investigación peruano Pedro Salinas, coautor del libro "Mitad monjes, mitad soldados", que destapó el escándalo del Sodalicio en 2015.

En Chile, el ambiente tampoco será un lecho de rosas para el pontífice argentino. Una ONG destacó esta semana que 80 religiosos están envueltos en casos de abusos sexuales en ese país, de mayoría católica como Perú.

Francisco visitará Chile del 15 al 18 de enero, para luego seguir a Perú, donde estará hasta el 21 de enero.

En ninguno de esos países tiene previsto recibir a las víctimas de abusos, una conducta que marcó sus visitas a México cuando se negó a reunirse con las víctimas del líder de la congregación Los Legionarios de Cristo, el sacerdote mexicano Marcial Maciel (fallecido en 2008).

"¿Para qué pedir una audiencia con el papa? Las víctimas de Marcial Maciel se lo pidieron y la negó. También las víctimas de (el sacerdote chileno Fernando) Karadima. Sabemos de antemano que se negará", dice Salinas.

Los activistas prevén la publicación simultánea el viernes, en Santiago y en Lima, de una carta abierta suscrita por víctimas, abogados y laicos, con el fin de recordar al papa que tiene una deuda pendiente con las víctimas.

Al asumir el papado en marzo de 2013, Francisco anunció una política de tolerancia cero, instando a hacer públicos los casos. Un cambio respecto a su antecesor, Benedicto XVI (2005-2013), con quien la Iglesia empezó a dejar atrás el encubrimiento que caracterizó a Juan Pablo II (1978-2005).

Karadima, caso emblemático

El escándalo parece mayor en Chile, donde abarca a sacerdotes, diáconos y hasta una monja en una lista de casi 80 religiosos acusados de abusar de menores desde el año 2000, según una base de datos de la ONG estadounidense Bishop Accountability.

"Lo publicamos antes de la visita de Francisco con la esperanza de que uno de sus acompañantes se lo haga notar y le haga tomar conciencia de que los obispos y líderes religiosos de Chile socavan su promesa de cero tolerancia", dice Ann Barrett-Doyle, codirectora de la ONG que desde 2003 publica archivos de abusadores de la Iglesia.

"El papa Francisco dice que llora por las víctimas, lo que queremos es que transforme esas lágrimas en acciones", agrega.

En la base de datos figuran casos emblemáticos como el de Karadima, denunciado en 2010 por varias víctimas. La justicia chilena dictaminó que el caso prescribió, pero el Vaticano declaró culpable de abuso sexual al influyente sacerdote y lo condenó a retirarse "a una vida de oración y penitencia".

"La Iglesia Católica chilena reacciona exactamente igual que el resto del mundo", ante los abusos sexuales, dice a la AFP José Andrés Murillo, uno de los denunciantes de Karadima y director de la Fundación para la Confianza, que batalla contra el abuso infantil en Chile.

Murillo percibe gestos contradictorios. "Cuando Francisco es elegido papa da señales de sentido común (....). Pero al mismo tiempo no cambian los protocolos, no hay acciones concretas que vayan acorde con las palabras de tolerancia cero".

La cruz del Sodalicio

El caso emblemático en Perú es el de Sodalitium Christianae Vítae, el nombre original de la congregación en latín, con el cual fue creada en 1971.

Su fundador, Figari, de 70 años, vive confinado en Roma bajo protección de un decreto vaticano que le prohíbe regresar a Perú, donde desde diciembre enfrenta un pedido de prisión preventiva de la fiscalía.

El Vaticano no lo expulsó de la organización por considerarlo "mediador de un carisma de origen divino".

El Sodalicio, reconocido por Juan Pablo II en 1997 como una sociedad de vida apostólica de derecho pontificio, es dirigido por laicos y regenta varios colegios católicos en Perú. Hace más de un año admitió que al menos cuatro de sus líderes laicos, entre ellos Figari, cometieron abusos a 19 menores de edad y 10 mayores entre 1975 y 2002.

El Sodalicio se expandió a Colombia, Chile, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Costa Rica, Ecuador e Italia.

Además, hay dos investigaciones judiciales contra sacerdotes por abusos de menores en Perú y un cura español está en prisión preventiva.

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