Un abismo separa las palabras de la COP26 y la acción climática
La primera semana de la COP26 lanzó compromisos de acabar con la deforestación, abandonar el carbón y movilizar billones para inversiones verdes, pero los observadores denuncian que existe un abismo entre las proclamaciones del anfitrión británico y los recortes de emisiones necesarios.
En 2015, el Acuerdo de París fijó el objetivo de mantener por debajo de +2°C, si es posible +1,5°C, el aumento de la temperatura media global respecto a la era preindustrial. Y ahora la conferencia sobre el clima de Glasgow debe determinar cómo.
Pero el gobierno británico, que acoge este año el encuentro mundial bajo la égida de la ONU, tiene su propio programa para la COP26: "carbón, coches, dinero y árboles", en palabras del primer ministro Boris Johnson.
Esto significa eliminar progresivamente los combustibles fósiles y los vehículos con motores de combustión, movilizar dinero para ayudar al mundo a descarbonizarse y proteger los bosques.
Y según un portavoz británico, en su primera semana la COP26 ha visto "un verdadero impulso a la acción climática".
Pero Mohamed Adow, director del grupo de reflexión sobre el clima Power Shift Africa, con sede en Nairobi, no lo ve así. Para él hay "dos realidades".
"Una es el mundo de los comunicados de prensa del gobierno británico anunciando una serie de iniciativas (...) sugiriendo que todo está bien y que casi hemos resuelto la crisis climática", dice a la AFP.
"La otra realidad está fuera de esta burbuja de relaciones públicas. El clima son los hechos", subraya.
¿El fin del carbón?
El miércoles, el presidente de la COP26, el británico Alok Sharma, anunció que "una coalición de 190 miembros aceptó eliminar progresivamente el carbón de su producción de electricidad".
La cifra se anunció a los medios el martes por la noche, pero la lista no se publicó hasta el día siguiente: sólo contenía 77 firmantes, entre 46 países, algunos de los cuales ya se habían comprometido anteriormente en este sentido.
Incluye a grandes consumidores de carbón como Corea del Sur, y los organizadores aseguraron que 23 países habían asumido nuevos compromisos.
Pero en la lista de estos 23, obtenida por AFP, figuran 10 países que no utilizan carbón en absoluto, según la oenegé especializada Ember. En total, los firmantes consumen un 13% de la producción mundial.
Incompatible
Otro acuerdo anunciado a bombo y platillo fue el compromiso de más de 100 países de reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030.
India, cuarto mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero, también anunció su intención de alcanzar la neutralidad en carbono en 2070.
Y otros países presentaron nuevos compromisos de emisiones o de neutralidad de carbono.
El director de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, se apresuró a asegurar que su organización, que no es una autoridad en la materia, calculó que estos anuncios -si se aplican en su totalidad- podrían limitar el calentamiento a +1,8°C.
Pero según un análisis de la oenegé Climate Analytics, el escenario de la AIE "no es compatible con el objetivo de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París" y tiene un importante exceso de emisiones de CO2 respecto a los cálculos de los expertos climáticos de la ONU.
En opinión de Simon Lewis, del University College London, "es normal tomar todas las promesas y traducirlas en una estimación global". "Pero hay que tomarlo con mucha prudencia y una advertencia en mayúsculas: ¡Cuidado! Es poco probable que ocurra".
Por ejemplo, Australia o Arabia Saudí anunciaron objetivos de neutralidad de carbono sin "ningún plan de aplicación y sus emisiones van masivamente en la dirección equivocada", subraya
¿Sin precedentes?
El lunes, las autoridades británicas aseguraron que más de cien países que suman el 85% de los selvas tropicales del mundo firmaron un compromiso "sin precedentes" para acabar con la deforestación en 2030.
Pero este se similar a la Declaración de Nueva York sobre los bosques de 2014, firmada por 40 países y más de 150 organizaciones y grupos indígenas.
Una evaluación realizada este año de esa primera declaración rmostró que, de las mayores 32 naciones forestales, sólo India había traducido el compromiso en acciones.
Inflado y reempaquetado
Otro tema crucial en la COP26 es la financiación. Los países en desarrollo exigen que las naciones ricas cumplan su promesa de movilizar 100.000 millones de dólares al año para ayudarles a hacer frente a la crisis climática. Una cifra que todos coinciden en que está muy por debajo de lo realmente necesario.
El miércoles, el exgobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, afirmó que el fondo "Glasgow Financial Alliance for Net Zero" (GFanz), formado por 450 bancos, aseguradoras y fondos de pensiones, dispone potencialmente de 130 billones de dólares para luchar contra el calentamiento.
Pero los observadores señalan que estas entidades sólo necesitan asignar un pequeño porcentaje de su capital a proyectos verdes para participar en esta iniciativa. Además, no se les prohíbe invertir en energía fósiles.
Incluso el enviado de acción climática de la ONU, Selwin Hart, consideró "chocante y profundamente decepcionante que seis años después del Acuerdo de París, las principales instituciones financieras del mundo no se hayan comprometido con el objetivo de +1,5°C".
Para Daniel Willis, de la oenegé Global Justice Now, hasta ahora la COP26 produjo "informes inflados sobre finanzas, promesas de gasto reempaquetadas como si fueran nuevas, y afirmaciones de que los líderes han logrado limitar el calentamiento a 1,8°C basándose sólo en promesas".