‘Los invisibles’, la nueva generación de narcotraficantes que evita los lujos y excentricidades

Las excentricidades, lujos y todas las opciones que el dinero pudiera cumplir era el pan de cada día de los capos colombianos de la droga.

Familias como Rodríguez Orejuela, Henao Montoya y personajes como Pablo Escobar y Wilber Varela, quedan atrás, para dar paso a una serie de capos que actúan tras las sombras.

Todo negocio va cambiando con el tiempo. El negocio de las drogas, desde que se hizo rentable en la década de 1980. Se constituyeron redes de exportación de cocaína hacia los grandes mercados consumidores del mundo, por ejemplo, Estados Unidos. Los dominadores de este negocio de exportación se llamaron: carteles.

Entre las décadas de 1980 y 1990, los cárteles colombianos controlaban el 80% de las exportaciones de la droga a nivel mundial.

La primera generación de los carteles de la droga en Colombia, era encabezado por el Cartel de Medellín y el Cartel de Cali. Controlaban niveles enormes de cocaína y se se calculaba que exportaban a diario unas 15 toneladas de droga a Estados Unidos.

La segunda generación se le considera a carteles entre 1998 y 2008, como del Norte del Valle y autodefensas unidas de Colombia, cuyo 40% de ingresos provenía de la cocaína. 1998-2008

En la tercera generación (2008-2017) estarían organizaciones criminales como las Águillas Negras, Rastrojos y Los Urabeños (nombre como el que también se denominaba a miembros del Clan del Golfo).

Los invisibles

Los invisibles son denominados por los especialistas como la cuarta y actual generación de capos de la droga, dedicados a manejar el narcotráfico gracias a su poder económico, pero sin llamar la atención y buscan no crear conexiones directas.

El coronel José Miranda, jefe Interdicción de Antinarcóticos de Colombia, explicó en una entrevista al canal RCN que este tipo de narcotraficantes se exponen menos a la búsqueda de la policía, no están interesados en lujos, por lo que tienen más ganancias en dinero y generan menos muertes.

Guardan dinero, no compran mansiones no se dan vidas de lujoso, no invierte en vehículos caros”, afirma el coronel Miranda.

Se esconden en facha de empresarios, no se exponen a la violencia extrema de sus antecesores. Y aunque un invisible ya esté en la mira de las autoridades, lo más seguro es que exista otro encargado del lavado de activos, que este lejos del radar.

Jeremy McDermott, director de la ONG Insight Crime, quien ha participado en diversos foros de seguridad en Colombia, ha expresado que los últimos 30 años se han dado muchos cambios en las caras de narcotráfico.

McDermott señala que cada generación ha aprehendido de la anterior (…) el narcotraficante de ahora trabaja por no ser identificado, por lo que la actual generación es más sofisticada, por lo que el reto es identificar narcotraficantes.

Trabajan en la subcontratación y poco a poco dejan atrás el sistema de tener ejércitos privados. Su arma principal es el dinero y la corrupción, en una época donde Colombia ha aumentado sus exportaciones de cocaína.

Los primeros invisibles identificados por las autoridades colombianas son:

• Platino
• Memo fantasma
• José Bryon Piedrahita
• El Señor de la M
• Los hermanos Gallón