Los guayacanes se posesionaron de las redes sociales

• Después de sembrados, pasarán unos tres meses hasta que ganen altura y sus tallos se fortalezcan con sol y agua. Solo entonces podrán desarrollarse en espacios más amplios y hasta que empiecen a dar sombra pueden pasar de 10 a 30 años.
• El guayacán, viene a ser un legado para la familia, para el bosque y para el país. Está amenazado por la quema y tala de nuestros bosques.

Un fin de semana de recogimiento fue la oportunidad para que un gran número de personas, camino a su lugar preferido, disfrutaran del espectáculo que brindaron los árboles de guayacán en todo el país.

Pierden sus hojas en enero y florecen entre febrero y mayo, simultáneamente todos los árboles de un mismo lugar. Suele haber una primera floración de algunos árboles, pero más tarde se da una segunda mayor, pocos días después de iniciada la estación lluviosa. Creando una gran alfombra multicolor a su alrededor.

Después de sembrados, pasarán unos tres meses hasta que ganen altura y sus tallos se fortalezcan con sol y agua. Solo entonces podrán desarrollarse en espacios más amplios y hasta que empiecen a dar sombra pueden pasar de 10 a 30 años hasta crecer. Escoger la especie indicada dependerá del terreno y del anhelo del sembrador.

Alcanzan mas de 30 metros de altura y es propio de América tropical, desde México hasta Colombia. Es común en nuestros bosques panameños, y forma parte de los amenazados cuando se inician las quemas y talas sin control.

Sus flores duran tres o cuatro días en el árbol y al caer, una alfombra de flores amarillas cubre el piso. El roble, primo hermano del guayacán, pero de flores rosadas, también florece en estos días.

La madera del guayacán es considerada una de las más duraderas del país, y es útil en carpintería, construcción, quillas de barcos y mangos de herramientas.

El árbol da buena sombra y con sus fuertes raíces sirve de protección al suelo; además, es buen rompe vientos. Y por si usted no cree en la resistencia de esta madera, puede asistir a las ruinas de la catedral de Panamá la Vieja, donde podrá comprobar visualmente su firmeza en sus maderámenes que data de casi 400 años después de construida.

Según algunos estudios el guayacán se propaga por estacas y por semillas. Plantar uno de estos gigantes es un respiro para el medioambiente ya que un árbol puede absorber entre 10 y 30 kg de dióxido de carbono (CO2) por año.

El guayacán viene a ser un legado para la familia, para el bosque y para el país. Un atractivo turístico donde existen semilleros de la región que conservan semillas de más de 30 especies en viveros privados, donde se cuida su germinación. Cuando las primeras hojas aparecen, están listas para ser trasplantadas en fundas.

Los expertos advierten que para plantar un árbol en casa se requiere de un patio de al menos 100 m2, y es mejor elegir especies cuyas raíces no ocasionen problemas. El pechiche, el bálsamo, la jigua y los árboles frutales son ideales para el hogar; no así el guayacán, el ceibo, el samán, el acacio o el ficus, por sus raíces.

Para la estación seca se recomienda regar dos veces por semana el guayacán, preferiblemente de noche. Lo ideal sería de una fuente natural como ríos o quebradas para seguir garantizando su presencia, e inspiración a poetas con sus estrofas donde una de ellas dice:

Guayacán, tu susurro me adormece

Creación divina son tus follajes encendidos

El viento armoniosamente te estremece

Estamos de Dios, agradecidos.

(ojicafes)